54. Primer día de clases

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Y por fin llegó el primer dia de instituto

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Y por fin llegó el primer dia de instituto. Llevaba sin hablar con Marta y con Laura desde lo que pasó porque no querían hablar las cosas todavía, no lo dijeron directamente, pero empezaron a poner excusas cada vez que les decía de quedar. Hoy nos íbamos a ver las caras, y yo, tampoco tenía ganas.

Preparé mi maleta y bajé abajo, donde me esperaban David y Pablo, quienes iban a la misma clase que yo.

—Hola— saludé alegre dándoles un abrazo a cada uno.

—Que tal Sophi— me dijo Pablo —Llevamos sin verte mucho eh—.

—Ya— respondí yo.

—Sabemos lo de Laura y Marta— comentó David mientras comenzábamos a andar.

—¿Y qué pensáis?— pregunté yo con miedo.

—Que lo han hecho mal— respondió Pablo.

Me alegró oír eso.

—Yo pienso que lo han hecho mal pero— recalcó la última palabra —que tampoco era para tanto—.

—No respondo a eso— reí incomoda.

—Yo sí lo veo para tanto, a ella le daba miedo eso— me defendió Pablo.

—Y me sigue dando miedo eso— reforcé el argumento.

—Pero sabes que algún día saldrá algo ¿no?— dijo David muy obvio —No podréis esconderos siempre—.

—Bueno— me encogí de hombros —Ya se verá cuando llegue—.

Cuando llegamos al instituto nos encontramos con el grupo entero, incluyendo a Marta y a Laura, yo no hablé ni una sola palabra, ellas sí. Tampoco tuvimos mucho tiempo para hablar, solo llegamos 5 minutos antes, cuando pitó subimos a nuestras clases.

Y pues no pasó nada fuera de lo normal, presentaciones, indicaciones de libros y material, horarios... Cuando salimos del instituto nos volvimos a reunir.

—¿Qué hacemos esta tarde?— preguntó Marta.

—Me da igual la verdad— respondió David.

—Y a mí— respondió esta vez Mario —¿Quedamos en mi casa para echarnos unas shishas?— le salió el acento andaluz que no tenía.

—Ay sí— respondió Manuel.

—Venga— se animó Laura.

—¿Tu vienes Sophia?— me preguntó Marta.

No tenía ninguna gana de responderle.

—No sé— respondí neutral.

—Vente— me animó Laura.

Yo las miré sin entender absolutamente nada. Cuando llegué a mi casa solté la maleta en la entrada y me encontré a Gavi en el sofá tumbado.

Hoy era jueves 15 de septiembre y Gavi ayer tuvo partido, como jugó los 90 minutos, hoy no tenía que ir a entrenar. Aunque si yo fuera entrenadora, después de un 3-0 contra el Bayern, no dejaría que nadie faltara tras una derrota. Supongo que lo hacían por temas de lesiones.

(𝐍𝐨)𝐬(𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬) || GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora