(𝐍𝐨)𝐬(𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬) || Gavi

37. Mamma mia

—Quería pedirte perdón por como he actuado— pausó —He estado hablando con tu hermano y me he dado cuenta de que por mucho que quiera, si tu no quieres hacer algo, yo no soy nadie para decirte que tienes que hacer, solo puedo darte consejos— explicó tranquilamente mientras se sentaba en la silla.

Ahora me tocaba hablar a mí.

—Yo también he hablado con Pedri y...— solté una risa porque literalmente nos encontrábamos en la misma situación — quería pedirte perdón— dije esta vez un poco más seria —lo que has pasado en tus últimas dos relaciones no es bueno para nadie y es normal que actúes así, al fin y al cabo te entiendo, yo también he sentido esa desconfianza contigo y...—

—Conmigo cuándo— me interrumpió.

—Joder Gavi— quité la pequeña sonrisa de mi cara —No quiero hablar de eso—.

—Vale— pausó —Sigue con lo que estabas diciendo—ordenó.

—Lo que te iba a decir... Que yo también me he sentido así contigo y se que cuesta olvidarlo, por una cosa o por otra siempre te terminas acordando y da miedo, pero como dice Pedri, algún día estás dos cosas desaparecerán de nuestras mentes y podremos ser felices al completo— cuando dije esa última frase me senté encima de Gavi.

—Eso seguro, seremos felices juntos— sonrió y pegó su cabeza hacia mi.

—Pues claro— le di un beso.

—Te quiero— dijo pegándome hacia él y cerrando los ojos.

—Yo también tonto— dije escondiéndome en su cuello.

Pasaron unos segundos.

—Entonces... ¿Todo bien?— le pregunté y él asintió con la cabeza.

Cuando nos vimos preparados salimos de la habitación. Estaban Pedri y mi hermano en el sofá hablando.

—¿Ya?— dijeron los dos.

—Que rápido— dijo mi hermano.

—Pues claro— pausé —Tenemos muy buenos mediadores— dije con una sonrisa

Los tres se rieron al escuchar eso.

—Bueno— dijo mi hermano juntando las manos haciendo una palmada —¿Qué hacemos?— preguntó.

—¿Que hora es?— preguntó Gavi.

—Cerca de las tres— respondió Pedri que tenía el móvil en la mano.

—¿Nos vamos a comer a algún lado?— preguntó Gavi.

—Como queráis— respondió mi hermano.

—Yo me tengo que duchar— dije yo.

—Yo también— respondió Gavi.

—Pues venga— dijo mi hermano.

Ya en mi cuarto.