51. Que mona va esta chica siempre

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Después de comer estuvimos descansando un rato y después salimos a montar en barco

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Después de comer estuvimos descansando un rato y después salimos a montar en barco. Habíamos alquilado uno fácil de manejar, ya que lo íbamos a llevar nosotros. Llevábamos los bikinis y bañadores puestos y encima ropa cómoda. También nos llevamos alguna sudadera por si nos quedábamos tarde. El barco era un poco grande y en el sótano había una habitación con camas y sofá camas.

Cuando zarpamos, me quité la ropa para quedarme en bikini y me puse a tomar el sol en una red que había en el borde del barco. Gavi se tumbó al lado mía.

—No puedo estar mejor— comentó con la cabeza apoyada en su codo flexionado.

—¿Qué?— pregunté al no escuchar nada.

—Que no puedo estar mejor aquí, contigo— especificó —Eres la mejor chica que he conocido— sonrió.

—A cuántas les habrás dicho eso...— reí.

—A todas— rió.

—¡Oye!— fingí estar molestada.

—Que es broma niña— se puso más serio pero no borraba la sonrisa de su cara.

—Pero eso se lo has dicho a más de una— hablé ya en serio.

—Pero ninguna era como tú—.

—¿Todas éramos las mejores?— reí.

—Un 9 es mejor que un 7 y un 7 es mejor que un 5. ¿Entiendes la referencia?— preguntó.

—¿Y yo que soy?— le pregunté acercándome a él.

—¿Tú?— preguntó y yo asentí —Un cero con un uno delante— rió.

Al principio cuando escuché "Un cero" me quedé un poco desconcertada, ya después me reí.

—Te quiero— lo besé.

—Y yo—.

Gavi se apoyó en mí y yo le acaricié el pelo hasta que se durmió. Todo fue bien hasta que quise levantarme para ir al baño.

—¡Pedri!— grité susurrando.

—¿Qué?— respondió. Le hice un gesto para que viniera y lo hizo.

Cuando llegó...

—Ayúdame a lenvantarme porfa—.

—¿Y para eso me llamas?— se quejó.

—Es que no puedo levantarme yo sola con Gavi encima— me quitó a Gavi de encima con cuidado para no despertarlo y me ayudo a levantarme —Gracias—.

Dejé a Gavi en la red y cuando volví me puse dónde estaba, pero esta vez con el movil. Un par de horas más tarde, Gavi se despertó.

—Buenos días— me miró con una sonrisa.

—Es casi de noche Gavi— le corregí.

—Tú ya me entiendes— se rió y se puso de lado mirándome sin decir nada.

(𝐍𝐨)𝐬(𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬) || GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora