¿𝐍𝐨 𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐨 𝐧𝐨 𝐨𝐭𝐫𝐚𝐬?
Sophia Birlem, una chica que está ingresada por una enfermedad no diagnosticada va a conocer a un chico que viene al hospital por un golpe en la cabeza. ¿Estarán destinados a estar juntos o se quedará todo en un...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Bueno... ya se han ido tus padres— empezó Gavi— ¿Seguimos con lo que íbamos a hacer?—.
—Que mal ha sonado eso— reí.
—La verdad es que sí— dijo riéndose —pero tú me entiendes—.
—Pues venga ¿como podemos coger confianza?
—Mira, cuando estaba en el instituto me hacían hacer actividades para coger confianza con mis compañeros— dijo levantándose —De todas las que hice, la primera puede ser esta— dijo cogiendo una bufanda del perchero. No tenía ni idea de quién era esa bufanda.
—¿Y esa bufanda de quién es?—.
—No se, estaba ahí— dijo riéndose —No creo que vayamos a coger mucha confianza con esto pero es divertido. Bueno, el tema, con esta bufanda nos vamos a tapar los ojos y vamos a guiarnos desde la habitación hasta una zona en concreto del hospital—.
—Qué dices— dije extrañada.
—Que sí, que sí— dijo riéndose —¿Quieres empezar tú o lo hago yo?—.
—Si, si, empieza tu— dije riéndome.
—Vale—.
Le puse una bufanda en los ojos y se la lié.
—Vale, cuidado eh— dijo Gavi moviendo los brazos.
—Te voy a dejar que te estampes contra una pared—.
—¡No!— dijo riéndose.
—Que es broma— reí —A ver, da cinco pasos hacia delante—.
Gavi dio esos pasos hacia delante.
—¿Sabes dónde estas?— le pregunté.
—En la puerta ¿no?— dijo tocando lo de su alrededor.
—Sí—.
Y lo empecé a guiar. Obviamente no nos fuimos muy lejos porque, aunque no lo pareciese, el pasillo estaba lleno de cosas, de enfermeras, de carritos, de asientos, de máquinas expendedoras...
Yo estaba guiando muy bien a Gavi, pero cuando iba a dar otro paso, en vez de darlo para delante se desvió un poco y se chocó con un carrito.
—Ostia— dijo Gavi bajándose la bufanda. Había una enfermera al lado suya —Perdón—.
—No pasa nada— dijo la enfermera riéndose mientras se iba —No deberíais de estar dando vueltas por aquí.
Cuando Gavi se fue me miró y yo me empecé a reír.
—¿Has dejado que me choque?— dijo riéndose.
—Te lo juro que no— reí —Que es que, no se que has hecho que en vez de dar el paso para adelante te has desviado muchísimo— reí otra vez.
