17. Solo por ti

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Al día siguiente

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Al día siguiente...
Me levanté a las diez de la mañana para ir al tratamiento. Me levanté con tanta antelación porque quería ducharme y lavarme el pelo así que eso fue lo que hice. No me seque el pelo, lo tuve un rato puesto con la toalla, después me lo peiné y ya esta. Cuando llegaron las doce me fui con mi hermano al tratamiento.

—Guille no vuelvas a hacer lo de ayer— le dije.

—¿El qué?— se hizo el tonto —¿Lo del trabajo?— preguntó.

—Pues claro— dije molesta.

—Yo no voy a dejarte aquí sola, te lo digo desde ya— dijo muy serio.

—Pero es que no puedes estar faltando al trabajo, que quieres, ¿que te despidan?— pregunté.

—Para lo que me queda ya...— vaciló.

—Pero todavía te queda— pausé —dos semanas, pero tienes que ir esas dos semanas—.

Después de salir del tratamiento nos fuimos a la habitación, al cruzar el pasillo me acordé de ayer, de cuando nos despedimos de Gavi. Al entrar a la habitación, lo vimos sentado con el móvil en lo que antes era su cama comiendo chicle.

—¿Qué haces aquí?— pregunté antes de darle un abrazo.

—He venido a verte— dijo apagando el móvil—Bueno, y a avisarte de que voy a quedarme contigo esta noche para que no te pille de sorpresa— dijo con una sonrisa mientras se tocaba el pelo.

—Te dije que no—.

—Lo sé, pero es que tu hermano no puede faltar tanto al trabajo y que mejor persona que yo para que se quede contigo— explicó.

—Pero es que no quiero echarte ninguna obligación encima— le dije.

—La obligación me la estoy poniendo yo mismo, no tú— respondió.

No sabía que decir, la verdad es que no quería que Gavi tuviese que venir a hacerme compañía porque el ya ha estado una semana aquí y no quiero que este más tiempo pero es que sino lo hace él ¿quién lo hace?

—Mira, yo puedo quedarme contigo desde que se va tu hermano hasta que me vaya a entrenar— insistió

—¿Y a que hora te vas a entrenar?— pregunté.

—A las ocho de la mañana— respondió.

Yo miré a mi hermano para ver que decía porque a mi  ya me había convencido.

—En otras circunstancias te diría que no pero la verdad es que me viene genial— respondió —Muchas gracias tío— le dio un abrazo.

—Denada hermano— se separó —Bueno, ahora me tengo que ir—.

—¿Ya?— dije.

—Si, es que tengo un partido a las siete y media— respondió.

—¿Contra quién jugáis?— le pregunté.

—Contra el Getafe— pausó —Me veréis ¿no?— sonrió.

—S...— me interrumpió mi hermano.

—¿Esta?— dijo refiriéndose a mí —Si esta os odia, todos los partidos que ha visto vuestros ha sido porque lo ha tenido que ver en alguna comida— dijo entre risas.

—Ala ala— dijo Gavi flipando con una sonrisa. Se notaba que no le molestaba.

No es todo tan exagerado como lo esta diciendo mi hermano, es verdad que no me gustan pero porque son nuestro enemigo n°1, pero de ahí a decir que los odio hay un paso, y muy grande.

—No exageres tanto— le dije a mi hermano —No os odio pero tampoco me caéis bien— pausé —bueno, a ver, que a los tres que he conocido en persona me han caído muy bien— me interrumpió.

—Gracias hombre— rió.

—Pero es que en el campo no me caéis tan bien, ya sabéis quiénes sois vosotros y quiénes son los de mi equipo, creo que no hace falta decir nada más—.

Vaya conversación más tonta estábamos teniendo.

—De todas formas, si lo veo, lo veré solo por ti— dije.

—Si no lo ves tampoco pasa nada— dijo riéndose —Tampoco quiero obligarte ¿sabes?

—No, no, ahora si que lo voy a ver—.

—Ya podéis ganar— dijo mi hermano —Porque para que mi hermana se vea un partido vuestro...—.

—Lo intentaremos— rió —Bueno, adiós— se despidió.

—Adiós— dijimos mi hermano y yo a la vez.

Después Gavi se fue y nos quedamos mi hermano y yo solos.

—¿De verdad vas a ver el partido?— preguntó con una sonrisa.

—Pues claro— respondí.

—¿Tú?— volvió a preguntar pero esta vez sorprendido.

—Pero que no lo voy a ver porque esté jugando el Barça, lo voy a ver porque está jugando él— dije refiriéndome a Gavi —ya está—.

—Siempre ha jugado él— se defendió mi hermano.

—Pero antes no nos conocíamos y ahora sí, ¿que mas te da que vea el partido?— dije un poco molesta.

—No, no, si yo estoy encantado, así tengo a alguien con quién hablar del partido— rió —Pero es que me ha parecido muy raro—.

—Pues no te debería de parecer tan raro cuando no es el primero que veo—.

—Los que te has visto te los has visto por obligación—.

—Pues con más razón, al menos de este puedo disfrutar más porque lo veo por algo— me defendí.

—Dirás por alguien ¿no?— rió mi hermano y yo rodé los ojos.

Sinceramente, me molesto un poco que mi hermano me dejase tan mal delante de Gavi. Pero no por el hecho de que lo haya hecho delante de él sino porque lo que estaba diciendo era mentira.

 Pero no por el hecho de que lo haya hecho delante de él sino porque lo que estaba diciendo era mentira

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(𝐍𝐨)𝐬(𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬) || GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora