(𝐍𝐨)𝐬(𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬) || Gavi

21. Contrólate

Sacamos un balón y nos fuimos para a fuera. Al salir vi que estaban todos los del Barça preparándose, algunos se estaban atando los cordones, otros poniéndose las camisetas, los zapatos...

—Esto es un sueño hecho realidad— dijo mi hermano en bajito antes de acercarnos a ellos.

Gavi y yo lo miramos con la misma cara porque es que parecía un niño pequeño.

Nos acercamos a un grupo más pequeñito, dónde estaban Ferran, Pedri, Ansu Fati y no sé quién más

—Bueno...— empezó Gavi —Ella es Sophia, ya lo sabéis, y el es su hermano, Guillermo— me miró —Ellos son, Ansu, Balde, Araujo— pausó —Y a estos dos ya los conocéis— señaló a Ferran y a Pedri.

Fue una presentación súper incómoda.

—Que incómodo ¿no?— dijo mi hermano sin sonar borde.

Parecía que me había leído la mente.

—Pues sí— reí yo.

—Venga chicos— apareció Xavi aplaudiendo —A entrenar—.

Los chicos se fueron al centro del campo y se pusieron a calentar. Mi hermano y yo nos fuimos a un sitio un poco más apartado de ellos para no molestar.

—Qué hacemos— le pregunté.

—Nos pasamos el balón o algo ¿no?— miró a su alrededor —Porque otra cosa no podemos hacer—.

—Vale, dame el balón— fui a cogerlo.

—Si claro— me lo apartó mientras se le dibujaba una sonrisa en la cara —Lo he cogido yo primero— rió.

—Joder— me quejé —¿Enserio?— afirmó con la cabeza —Madre mía— suspiré.

—Venga va, ponte ahí— señaló a un espacio que había en frente suya.

Yo suspiré y me puse ahí.

Mi hermano juega al fútbol desde que tiene tres años y yo juego con él desde los cinco. Llevo muchísimo tiempo jugando al fútbol pero a día de hoy solo lo veo como un deporte más, antes es verdad que estaba federada en un equipo y tal pero cuando empecé la ESO me tuve que quitar porque no podía compaginar las dos cosas a la vez.

P.O.V GAVI
Después de presentarle a los chicos a Sophia, me empezaron a hablar de ella en el calentamiento.

—Sophia parece maja ¿no?— empezó la conversación Balde.

—Lo es— afirmó Pedri.

—Yo, el último día que fui a ver a este— dijo Ferran refiriéndose a mí —estuve jugando con ella al Fifa y me cayó súper bien—.

—Lo que sí es que está buenísima— soltó Ansu —¿Tiene novio?— me preguntó.

—Oh, oh...— dijo Pedri riéndose —A Gavi no le ha gustado esa pregunta— dijo al ver mi cara.

Para que nos íbamos a engañar, no me había hecho ni una pizca de gracia.

—No tienes nada con ella ¿no?— me preguntó Ansu mirándome a la cara.

—No— respondí.

—¿Entonces esa cara a qué viene?— volvió a preguntar.

—Porque no me ha gustado lo que has dicho—.

—¿Lo del novio o lo de que está buenísima?— preguntó para asegurarse.

—La segunda— respondí.

—¿Acaso es mentira?— dijo riéndose.

—Pero no tienes por qué soltarlo así, contrólate— dije un poco serio.

—Pero si es que mírala— empezó a mirar a Sophia quién se estaba pasando el balón con su hermano sin que este tocase el suelo —Si es que encima sabe controlar el balón, buah— se mordió el labio —la pondría como los folios— dijo riéndose.

Se estaba pasando y mucho.

—Párate— dije muy serio.

—Venga chicos, dejaros de peleas y vamos a correr anda— dijo Pedri para intentar relajar el ambiente.

P.O.V SOPHIA
Después de estar cerca de dos horas pasándonos el balón, nos quedamos la última hora viendo cómo entrenaban los chicos. Llegaron las ocho y eso significaba que ya habían terminado el entrenamiento y mi hermano se había ido a trabajar.

Yo fui a hablar con Gavi.

—Escúchame— empezó él —voy a ducharme—.

—Vale— respondí.

—Ahora vengo— dijo yéndose.

Tardó unos diez minutos en ducharse. Después salió vestido con unos pantalones un poco sueltos de color beige oscuro y una sudadera negra ancha.

Me encantaba su forma de vestir.

—He estado hablando con los chicos y están diciendo de irse a cenar a algún sitio— me dijo.

—Vale, no pasa nada, yo me cojo un taxi— le dije.

Como he dicho antes, mi hermano se ha ido a trabajar y obviamente se ha ido con su coche.

—No, a ver, no lo decía por eso, lo decía porque...— se quedó parado en esa palabra.

—Porque...— lo imité para que siguiese hablando.

—Quiero que vengas conmigo— dijo con una sonrisa.

—¿Contigo?— pregunté.

—Sí— pausó —¿No quieres?— preguntó.

—No,no, sí quiero solo que me ha parecido raro, no sé, vas con tus amigos, los cuáles no me conocen del todo todavía— expliqué.

—¿Entonces vienes?— preguntó para asegurarse.

—Sí—.

—Vale, pues sal por la puerta de atrás y nosotros ya te recogemos dónde quieras—.

—¿De verdad hay tanta gente en la salida?— pregunté.

—No te imaginas cuánta— rió yéndose.