¿𝐍𝐨 𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐨 𝐧𝐨 𝐨𝐭𝐫𝐚𝐬?
Sophia Birlem, una chica que está ingresada por una enfermedad no diagnosticada va a conocer a un chico que viene al hospital por un golpe en la cabeza. ¿Estarán destinados a estar juntos o se quedará todo en un...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estábamos viendo a los chicos entrenar. Hoy era Miércoles y les tocaba por la tarde, de siete a diez. Al principio solo estábamos mirando pero Gavi nos lanzó un balón con el pie, y a pesar de estar muy lejos de nosotros, llegó.
—¿Para mí?— gritó mi hermano refiriéndose al balón.
Gavi se acercó corriendo y le respondió.
—Sí, os veo muy aburridos— dijo con una sonrisa.
—Me he molestado en que se hiciese notar— bromeé.
—¿Te aburre verme entrenar?— preguntó.
—Pues sí— le respondí.
Por el tono en el que lo dije el se percató de que no lo decía enserio. De todas formas, él ya sabe que me encanta verlo jugar, entrenar, todo lo que tenga que ver con el me encanta.
—Pues ya no juego contigo después— habló en el mismo tono en el que yo lo hice antes.
—Pues no juegues—.
Cuando pasé por al lado suya, le pegó tal manotazo al balón que rebotó en mi pie y se fue bastante lejos. El solo se rio.
—No me hace gracia— dije mirándolo.
—A correr futbolista— dijo dándome dos toques en el hombro.
—Que tonto eres—.
—Te quiero— dijo poniendo su brazo alrededor de mi cuello y me acercó a el para darme un beso en la cabeza.
—Yo no— lo miré seria y después me reí.
—Ahora sí que no voy a por el balón— me apartó de él con un pequeño empujón.
Mi hermano fue a por el balón y nos pusimos los dos a pasárnoslo.
He de admitir que llevábamos bastante tiempo sin venir ya que nosotros no venimos cuando vienen a grabar a los futbolistas por temas de fotos, rumores... Xavi nos avisa de cuando vienen y cuando no, por eso hemos estado tanto tiempo sin venir.
Media hora después de tener el balón en los pies, los chicos terminaron de entrenar. Cuando terminaron, se fueron todos a ducharse menos Pedri, Gavi, Ferran y Balde, que vinieron para seguir jugando, como había prometido Gavi, supongo que habría convencido a los demás.
Gavi se acercó a mí corriendo porque era yo la que tenía el balón. Cuando lo vi venir así, me asusté y me moví un poco para que no me quitara el balón tan rápido. Después se quedó enfrente mía intentando encontrar un momento para regatearme, pero no se decidía. Yo derramé la gota que colmó el vaso.
—Venga— reí —Quítamelo— lo reté.
—¡TE ESTÁ RETANDO!— dijo Ferran con las manos en la boca para que sonase más fuerte.
—Demuéstrale quién eres— incitó Pedri y después se rio con Ferran.
Gavi estaba de espaldas a todos y cuando escuchó todo le salió una risa, era tan bonito cuando sonreía.
