¿𝐍𝐨 𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐨 𝐧𝐨 𝐨𝐭𝐫𝐚𝐬?
Sophia Birlem, una chica que está ingresada por una enfermedad no diagnosticada va a conocer a un chico que viene al hospital por un golpe en la cabeza. ¿Estarán destinados a estar juntos o se quedará todo en un...
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Al día siguiente... Me levanté y vi que Gavi no se había ido al entrenamiento porque seguía durmiendo. Después miré al otro lado y vi que mi hermano estaba dormido. Ya me entró curiosidad y cogí el móvil para ver la hora, eran las nueve de la mañana.
—Joder— dije en bajito soltando el móvil.
Pensé en volver a dormirme pero no tenía muchas ganas así que me fui al baño para ducharme. No me lavé el pelo porque después me quería hacer unas trenzas boxeadoras.
—¿Ya te has duchado?— preguntó mi hermano al entrar al baño y se sentó en el váter después de cerrar la puerta.
La puerta estaba cerrada porque estaba en toalla y me iba a poner el pijama.
—Si, es que me he levantado a las nueve y quería hacer algo productivo— le dije mientras terminaba de vestirme.
—Y lo productivo qué es, ¿vestirte?— preguntó.
—No— dije desenredándome el pelo —Voy a hacerme unas trenzas—.
—¿Las boxeadoras esas que te haces?—.
—Sí—.
—Bueno— se levantó de la taza del váter —Yo me voy que me está empezando a entrar calor— se dirigió a la puerta.
Hacía calor porque me había duchado con agua caliente y el baño se había quedado con esas temperaturas.
—¿Para qué vienes entonces?— pregunté riéndome.
—Es que Gavi está dormido y no tengo con quién hablar— respondió apoyado en el marco de la puerta y después se fue dejando la puerta abierta.
Me pensaba que me iba a decir algo por haber dormido con Gavi pero no.
Un rato más tarde apareció Gavi también pero en vez de entrar se quedó esperando en la puerta.
—¿A qué estas esperando?— le pregunté mientras terminaba de hacerme la última trenza.
—A que salgas, me estoy meando— dijo frotándose los ojos porque no podía ni abrirlos.
—Ya he terminado— dije saliendo de allí.
—¿Qué te has hecho en el pelo?— dijo al verme pasar por su lado.
—Unas trenzas, ¿no te gustan?— le pregunté.
El soltó una risa. No sabía porque pero la verdad es que tampoco me interesaba.
Después de desayunar me fui al tratamiento con mi hermano, al llegar me puse a ver todas las notificaciones porque la única vez que he cogido el móvil esta mañana ha sido antes para mirar la hora. Me lo esperaba todo menos un mensaje de mi madre, no tenía muchas ganas de hablar con ella pero le respondí y nos pusimos a hablar un poco.
