¿𝐍𝐨 𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐨 𝐧𝐨 𝐨𝐭𝐫𝐚𝐬?
Sophia Birlem, una chica que está ingresada por una enfermedad no diagnosticada va a conocer a un chico que viene al hospital por un golpe en la cabeza. ¿Estarán destinados a estar juntos o se quedará todo en un...
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Estuve todo el viaje durmiendo. Cuando llegamos nos fuimos directos a la Residencia Universitaria de Catar, que es donde íbamos a alojarnos. Nada más llegar, cada uno se fue a su habitación. Cuando terminamos de instalarnos nos quedamos abajo todos para que Luis Enrique nos diera órdenes.
—¡Chicos escucharme!— llamó la atención de todos provocando un silencio —Entiendo que como son las tres de la mañana, algunos tendréis sueño—.
Varios empezaron a decir que no.
—Pero— volvió a llamar nuestra atención —los que no tengáis sueño podéis hacer lo que queráis, ir a la piscina, a los campos, a la zona de estar... Pero no os paséis con las horas que ya mañana os meto caña— rió juntando sus manos formando un aplauso —Si necesitáis algo yo estaré despierto, pero no hasta muy tarde—.
Cuando Luis Enrique se fue la gente empezó a esparcirse por grupos. Yo me quedé con Ferran, Pedri, Ansu y Balde.
—¿Qué hacemos?— preguntó Balde.
—En la zona de estar hay un futbolín— comentó Pedri.
—Yo quiero ir a la piscina tío— se quejó Ferran.
—Vamos al futbolín primero y después a la piscina—.
—Seríamos impares— dijo Ferran —yo voy directamente a la piscina—.
—Vale— dijo Pedri —Allí nos vemos—.
—Venga— se despidió con la mano y se fue.
Nosotros nos fuimos a la sala de estar y había muchísimos futbolines y billares.
Nos echamos un par de partidas. Yo me puse con Pedri y Ansu con Balde. Ansu era muy bruto con el futbolín, le daba super fuerte.
—Illo Ansu— reí mientras estaba concentrado—Que te vas a cargar el futbolín—.
—Que no— dijo super concentrado mientras se pasaba el balón de muñeco a muñeco sin que nosotros pudieramos cogerlo.
Era bueno el cabrón.
—Veras la potencia del central— rió Pedri asustado.
Pedri tenía a los porteros y a los defensas.
—Pedri no te la comas eh...— le dije yo.
—No te la comas tú que va para ti— rió el canario.
—No que va, va directa— comentó Balde.
Ansu tiró la pelota y se fue para fuera. Pero la pelota no fue lo único que se salió.
—¡QUE SE LO HA CARGADO!— estalló Pedri de risa.
Todos, incluso el propio Ansu, nos empezamos a descojonar. Ansu intentó hablar con el palo en la mano, pero es que no le salían las palabras de lo que se estaba riendo.
