28. ¿Bikinis?

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A los pocos segundos de cerrar la puerta, Gavi la volvió abrir y la volvió a cerrar

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A los pocos segundos de cerrar la puerta, Gavi la volvió abrir y la volvió a cerrar. Yo despegué la vista del móvil y lo dejé en el escritorio, yo estaba sentada en mi silla.

—¿Por qué no te quedas allí?— preguntó.

—¿Porque me has quitado el sitio?— le respondí.

—¿Te has enfadado por eso?— preguntó riéndose.

—No, no soy tan infantil pero es que llevaba un rato ahí y me has quitado el sitio tú— recalqué el "tú" y después él se rió — cuando has venido el último, sin avisar y entrando como si estuvieses en tu casa—.

—Anda— me cogió de las manos— Vamos al salón que te voy a dejar tu sitio— tiró de mi para levantarme de la silla y lo hizo.

Después de levantarme, él me juntó hacia el con su brazo alrededor de mi cuello y me dio un beso en la cabeza, al ver su cara tenía una sonrisa de oreja a oreja.

—Ay que ver como te dejas influenciar Sophia— bromeó mi hermano al verme volver con Gavi de tal manera.

Este estaba detrás mía cogiéndome de los hombros y zarandeándome para adelante y para detrás mientras andábamos.

Nos sentamos los dos en el sofá, yo en mi sitio y Gavi al lado mía y nos pusimos a hablar los tres.

—Hoy nos vamos de fiesta todos, por si os queréis venir— nos invitó Gavi.

—¿No decías que tenías entrenamiento a las ocho?— le recordé.

—Si pero después vamos del tirón para allá—.

—¿Y a dónde vais?— le pregunté.

—A la casa de un amigo de Ansu— respondió —¿Os queréis venir?— preguntó.

—Este tiene que trabajar— dije refiriéndome a "este" con mi hermano —Y yo no lo sé, porque si vosotros queréis tirarle del tirón para allá...— me interrumpió Gavi.

—Pero si venís os recogemos, claramente—.

—Entonces sí— dije.

—Pues mejor la verdad, porque quiero beber— dijo mi hermano riéndose.

Gavi iba a hablar pero le interrumpí.

—Tienes que trabajar— le recordé.

—Me voy a pedir el día— los dos le miramos extrañados —No es por gusto— rió —Es porque me deben un día y así estamos en paz— explicó.

—Ah vale— dije yo más tranquila.

—Yo es que como Pedri no bebe pues tengo un taxista a mano— dijo retomando lo que iba a decir antes.

—¿Que Pedri no bebe?— pregunté sorprendida.

—No— volvió a negar Gavi.

—No sabes la suerte que tienes— rió mi hermano.

(𝐍𝐨)𝐬(𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬) || GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora