¿𝐍𝐨 𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐨 𝐧𝐨 𝐨𝐭𝐫𝐚𝐬?
Sophia Birlem, una chica que está ingresada por una enfermedad no diagnosticada va a conocer a un chico que viene al hospital por un golpe en la cabeza. ¿Estarán destinados a estar juntos o se quedará todo en un...
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Llegamos a Coco bar, una discoteca de Hurawalhi. Al llegar había muy poquita gente, el local era un poco pequeño. Justo antes de entrar nos paró el segurata.
—Password (Contraseña)— dijo este.
—Is it needed a password? (¿Se necesita una contraseña)— pregunté yo.
—Of course, this is a private party (Por supuesto, esto es una fiesta privada)— dijo muy serio.
Genial, ¿A nadie se le había ocurrido mirar primero?
—What do you mean with a private party? (¿A qué te refieres con fiesta privada?)— pregunté.
—Only celebrities, singers, actors, models... come here (Solo los famosos, cantantes, actores, modelos... vienen aquí)—.
—They are footballers (Ellos son futbolistas)— le expliqué.
—I know, I know them, but you? (Lo sé, los conozco, ¿pero a ti?)— preguntó.
—I'm nothing, I'm just come with them (Yo no soy nada, solo vengo con ellos)— le expliqué.
—I'm so sorry but you cannot enter (Lo siento mucho pero no puedes entrar)—.
—Do you really want to lose 7 customers just to keep one out? (¿De verdad quieres perder a 7 clientes con tal de dejar a una fuera?)— dijo mi hermano un poco molesto.
—I'm only following the rules (Solo estoy siguiendo las normas)—.
—Those are not the rules (Esas no son las normas)— me quejé.
—What will you know (Qué sabrás tú)—.
—Speak well, right? (Habla bien ¿no?)— se quejó mi hermano.
—It doesn't matter (No importa)— le dije a mi hermano —It's better to talk with his boss and explain him why he doesn't let us in and how he is talking to us (Es mejor que hablemos con su jefe y le expliquemos porqué no nos deja entrar y cómo nos está hablando)— el segurata suspiró.
—Pass (Pasar)— dijo echándose para un lado.
Y por fin nos dejó pasar. Me había caído muy mal.
—¿Que le habéis dicho?— preguntó Gavi.
—Que sois futbolistas y que nos dejara pasar, que sino hablaríamos con su jefe—.
—Que máquinas— dijo Ferran.
—Es que en España sí te dejan pasar— pasaron unos segundos —Y no te hablan tan mal— dijo mi hermano.
—Exacto— le di la razón.
Al entrar no me sonaba ninguna cara, no se de qué famosos estaría hablando el de la puerta pero ahora mismo ese dato no me importaba mucho.
—Vamos a la barra— dijo Gavi yendo directo a por su destino y todos le seguimos.
Cada uno pidió lo suyo y nos sentamos todos en unos sofás que habían en la terraza del local. Daba unas vistas increíbles al mar.
