Cuando decidí volver a la habitación me encontré a Irene, supongo que vendría a prepararse para su turno de tarde. Creo que venía a verme porque no se paró hasta llegar a mí.
—¿Te ha dicho ya eso?— preguntó preocupada.
Asentí con la cabeza porque no me salían las palabras, tenía muchísimas ganas de llorar y no quería hacerlo. Irene me abrazó inesperadamente y yo ahí me rompí, ella y mi hermano son los únicos que saben por lo que pasé el año pasado. Mis padres algo se esperan pero no saben la historia completa, de todas formas eso es algo que ahora mismo no me importa, ya tendré tiempo para contárselo.
—Ay mi niña— dijo abrazándome fuerte.
Estaba apoyada en su hombro mientras lloraba.
—¿Vas a ponerte el tratamiento?— dijo cuando vio que ya me relajé un poco.
—Yo creo que sí— dije mientras aún se me caían las lágrimas —Es que— cogí aire —Es la única salida que hay por ahora y yo lo único que quiero es irme de aquí Irene—.
—Te entiendo, yo haría lo mismo que tú, a ver si hay suerte y por fin acertamos— dijo apretándome hacia ella —¿Quién hay en tu habitación?—.
—Ha venido Pedri otra vez y están él, mi hermano y Gavi—.
—Y vas a ir para allá o te vas a quedar aquí un poco hasta que te relajes. Yo es que me tengo que ir, tengo que entrar a las dos para empezar mi turno de tarde—.
—Si te tienes que ir no, me voy— me separé de ella.
—¿Quieres que te acompañe?— preguntó.
—No, muchas gracias Irene— le di otro abrazo.
—A ti mi niña— me dio un beso en la cabeza.
Volví a la habitación y estaban los tres ahí.
—¿Por qué has tardado tanto?— preguntó mi hermano — ¿Has llorado?— dijo al ver mi cara.
—Sí—.
—¿Por qué?— preguntó preocupado.
—¿Que te han dicho?— complementó Gavi.
—Y a ti que te importa— le dijo Pedri a Gavi.
—Creen que ya saben lo que tengo— dije con la voz un poco rota.
—¿El qué?— dijeron Gavi y mi hermano a la vez.
Me relamí los labios de abajo y miré para el suelo para pensar como iba a decir eso.
—Si os digo el nombre no os vais a enterar, el caso, es que todo esto a lo mejor viene como consecuencia de algo que me pasó el año pasado—.
Mi hermano se quedó mirándome muy preocupado.
—¿Y que van a hacerte?— preguntó mi hermano.
—Me van a poner un tratamiento, me han dicho que no saben del todo si tengo esto pero que si me llego a poner el tratamiento y no tengo el síndrome este que no pasa nada—.
—Te lo vas a poner entonces ¿no?— preguntó Gavi.
—Sí, si total, no me queda otra— reí mientras me quitaba las lágrimas de la cara.
—¿Te puedo dar un abrazo?— preguntó Gavi muy mono —Es que me está dando mucha pena verte así, tan triste— hizo pucheros.
Yo asentí con una sonrisa y el se levantó a darme un abrazo. No me esperaba que fuese tan alto, bueno, a ver, siendo futbolista es normal pero es que me sacaba una cabeza y media.
—No te esperaba tan bajita— dijo susurrándome mientras se reía.
—Ni yo a ti tan alto—.
Después se levantó mi hermano a darme un abrazo.
Sinceramente, en esos momentos necesitaba algo de cariño y me vinieron muy bien los tres abrazos, el de Irene, el de mi hermano y el de Gavi. Vaya día de abrazos.Un rato más tarde...
Mi hermano y Pedri se volvieron a ir juntos para ir a comer, Irene, como siempre, nos trajo la comida a mi y a Gavi.—Me la estarás cuidando ¿no?— preguntó Irene de broma refiriéndose a mí.
—Está en las mejores manos— respondió Gavi.
—Eso espero— respondió Irene —Bueno chicos, me voy, que aproveche—.
—Gracias, Adiós— dije yo.
—Adiós— dijo Gavi.
Después estuvimos comiendo y no paso nada interesante. Cuando volvieron mi hermano y Pedri tampoco pasó nada, fue casi igual que ayer todo.
El problema llegó cuando llegaron las ocho, mi hermano se iba a trabajar y venían mis padres. Tenía que contarle eso a mis padres y no sabía cómo.
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(𝐍𝐨)𝐬(𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬) || Gavi
Fanfiction¿𝐍𝐨 𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐨 𝐧𝐨 𝐨𝐭𝐫𝐚𝐬? Sophia Birlem, una chica que está ingresada por una enfermedad no diagnosticada va a conocer a un chico que viene al hospital por un golpe en la cabeza. ¿Estarán destinados a estar juntos o se quedará todo en un...