Parte 3

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— ¿Te gusta? — le preguntó So Hye mostrándole un vestido de flores bastante bonito.

La menor asintió contenta y lo tomó entre sus manos para mirarlo con felicidad.

— ¡Gracias! ¡Lo usaré siempre!

— Ve y pruébatelo. — la pequeña asintió y corrió a la que ya era su habitación.

Jimin las miraba desde la cocina.

— ¿No crees que la estás consintiendo demasiado? — le preguntó a la pelinegra, la cuál todavía tenía una sonrisa en el rostro.

— Es una niña pequeña y se porta bastante bien. Se lo merece.

— Lo dices porque no vive contigo. Por cierto, quedamos en que no se quedaría todo el tiempo aquí, pero no ha salido desde que llegó. Y ya va a cumplir un mes.

— Jimin, ella no quiere irse. Al parecer le gusta estar contigo.

— Pero nosotros no quedamos en eso.

— ¡Taran! — la voz de la pequeña los hizo voltear a ver.

— ¡Hari! Te queda perfecto. Te ves hermosa.

— Me gusta mucho, unnie. ¡Siempre lo usaré!

— ¿Siempre? ¿Qué hay de los que te compré yo? — preguntó ofendido el pelinegro — También son muy bonitos.

— Sí, pero no me quedan. Son para niñas más grandes.

— Ash ... Te quejas por todo. Ya crecerás.

— Pero falta para eso.

— No lo creo. Cada vez te vuelves más alta. No estabas así cuando llegaste.

So Hye rodó los ojos al ver su infantil pelea.

— Hari. — llamó a la menor. — Te traje algo. — la niña se acercó a ella muy emocionada y de su bolso sacó una barra de chocolate.

— ¡Wow!

Jimin abrió sus ojos al tope y corrió a su amiga para quitarle el chocolate de las manos.

— ¡Oye! — se quejó la mayor.

— ¡Jimin! — suplicó la pequeña mirándolo con ojos de cachorro.

— Sabes que no puedes comer de estas cosas.

— ¿Por qué no? — le preguntó su amiga confundida.

— Ella lleva una dieta muy estricta con Seok Jin. ¿Acaso no te lo dijo? — miró a la menor con los ojos entrecerrados.

— No. Pero no le veo nada de malo a que se coma un chocolate. Todos comemos chocolates, y este es uno pequeño.

— No. He dicho que no.

— Jiminie... Por favor... — suplicó la pequeña.

— He dicho que no, Hari. No sabemos lo que te puede ocasionar comer estas golosinas. Estas cosas son dañinas para los... — Park dejó de hablar al ver lo que estaba a punto de decir.

— Jimin sólo quiere cuidarte, princesa. — ayudó So Hye — Creo ... Creo que él tiene razón.

— Por favor... — siguió suplicando.

Jimin y So Hye se miraron y finalmente Jimin suspiró.

— Pero no le digas a Seok Jin. ¿Estás de acuerdo? — le preguntó agachándose para poder verla de frente.

La menor asintió rápidamente y tomó la golosina con sus pequeñas manos.

— ¡Gracias, Jiminie! — le dijo para después abrazarlo — Te quiero mucho.

Little Cat (Jimin y tú) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora