Parte 56

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Jimin salió del baño después de haberse dado una ducha y miró hacia la cama, donde Hari aún se encontraba dormida.

Comenzó a secar su cabello y se acercó a la menor, para después sentarse a su lado y mirarla. Una sonrisa tonta se asomó por sus labios, pero ésta desapareció de inmediato al recordar que había tenido relaciones sexuales con una menor de edad. Se sentía la peor persona del mundo. Desvió su vista de ella para después ponerse de pie una vez más y salir de la habitación, dejándola sola.

Hari empezó a removerse lentamente y poco a poco fue abriendo los ojos hasta que por fin despertó.

Se sentó en su lugar y miró a su alrededor algo confundida. Se sentía extraña y no sabía por qué, pero se dio cuenta de inmediato cuando miró sus pechos descubiertos. Sus ojos se agrandaron y tomó rápidamente las mantas para cubrirse. La puerta se abrió llamando su atención y miró a Jimin entrar, recordando inmediatamente lo que había pasado entre los dos la noche pasada.

— Ya despertaste. No quería levantarte. Perdona si te molesté. — se acercó hasta ella y acarició una de sus mejillas — ¿Cómo amaneciste?

— Bien. — le dijo la menor tímidamente.

Jimin se percató de su nerviosismo y la miró preocupado, pensado que Hari se sentía mal después de haber perdido su virginidad con él.

— ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?

La menor negó en respuesta.

— No es eso. Es que ... No sé... Qué decir.

Jimin le sonrió enternecido.

— ¿Estas nerviosa? — le preguntó acercándose a su rostro. Hari sintió sus mejillas sonrojarse y negó. Jimin le sonrió divertido y besó sus labios rápidamente — Espero no haberte lastimado ayer. — la miró preocupado. — Aún sigo pensando que debí negarme. Te miro y me siento mal al darme cuenta que aún eres una niña.

Hari negó y acunó una de sus mejillas para depositar pequeños besos en sus labios.

— Estoy bien. No soy una niña, Jimin. Estaba lista, no te sientas mal. Me... Me gustó. — le dijo tímida.

Jimin le sonrió y asintió un poco más tranquilo. Tan sólo un poco.

— Espero que haya sido así, pequeña. Espero que haya valido la pena para ti. — Hari asintió con frecuencia.

— Me siento feliz de que haya sido contigo, Jimin. — Park la miró no muy convencido y besó su frente con cariño.

— Vayamos a desayunar. — Hari asintió y prosiguió a sentarse en su lugar, cubriéndose con las sábanas para buscar su ropa. Jimin la ayudó y le entregó sus prendas — Ten.

La menor las tomó tímidamente y agradeció con una reverencia.

— Voy... Voy a darme una ducha.

— Bien. Te espero en el comedor. — Hari asintió en respuesta y miró cómo el mayor salía de la habitación.

Una vez que Jimin no estuvo en el lugar, la menor se puso de pie, sintiendo una leve molestia en su feminidad.

— Agh... — la niña se volvió a sentar y frunció su entrecejo adolorida. No era un dolor insoportable, pero sí uno que incomodaba y molestaba un poco.

Hari esperó unos segundos para después levantarse y caminar hacia el baño con la molestia en su intimidad.

— ¿Estás bien? — preguntó Jimin mirando extrañado a Hari. La menor asintió jugando un poco con su comida y desvió su vista nerviosa — ¿Estás segura? Parece que algo te está molestando.

Little Cat (Jimin y tú) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora