Parte 16

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Hari abrió los ojos y frunció el ceño al ver a Jimin a su lado dormido. Miró hacia la ventana y se dio cuenta de que ya había anochecido.

Se dio la vuelta dándole la espalda a Jimin, y éste abrió los ojos al sentir el movimiento de la menor.

— ¿Hari? — el pequeño cuerpo de la menor se estremeció al oír su voz. — ¿Estás despierta? — la menor se removió un poco para alejarse de él y Jimin suspiró — Ya sé que estás despierta. No te hagas a la dormida. — pero aún así, no le respondió. Jimin se levantó de la cama y dio la vuelta al colchón para poder verla de frente. Hari tapó su rostro con la sábana al verlo de frente. — ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?

— Quiero estar sola. — dijo con la voz entrecortada.

— ¿Sola? No. Tenemos que hablar. — la menor se dio media vuelta, dándole la espalda — Hari... — rodeó la cama de nuevo — No estoy para juegos. Estoy muy enojado con lo que hiciste hoy. ¿Por qué diablos saliste sin mi supervisión y consentimiento? ¿Sabes lo que pudiste haber ocasionado? — la menor siguió sin decir una palabra — Hari. Te estoy hablando.

— No quiero. — habló en voz baja.

— Pues quieras o no, voy a reprenderte por todo esto. — Hari siguió ignorándolo, logrando que su paciencia se acabara — Hari … Hari...

— ¡Ya!

— ¡No! ¡No voy a parar! — gritó tratando de sacarle la sábana a fuerzas — ¡¿Acaso tienes idea de cuánto me preocupé por ti?! ¡Estaba tan tranquilo sabiendo que estabas a salvo en casa! ¡Y te atreves a ignorar todas mis reglas para hacer de las tuyas y ponerte en peligro! ¡Me desobedeciste, Hari! — gritó logrando quitarle la sábana, colocándose sobre ella.

— ¡Ya! ¡Déjame sola! — Jimin se detuvo al verla llorar — ¡Ya sé que hice mal! ¡Ya sé que no debí salir de aquí! ¡Ya entendí cuando me decías que estaría en peligro afuera! ¡Ya sé que te doy un terrible dolor de cabeza! ¡Ya sé que no soy una niña como las demás! ¡Ya sé que no me quieres como yo te quiero a ti! ¡Ya sé que al tener orejas y cola de gato estoy siendo algo horroroso! ¡Ya sé que soy un monstruo! ¡Ya sé que soy un animal extraño! ¡Ya sé que soy un fenómeno!... — gritó la menor soltando en llanto — No tienes que recordármelo... — sollozó — Los humanos me lo hicieron saber hoy. — Jimin la miró dolido al escucharla hablar así — Ya sé que no podré tener una vida normal. — habló con molestia en su voz — Gracias a estas... — se jaló bruscamente de las orejas y de la cola — ... Cosas.

— Hari, no... — Jimin tomó sus manos para que dejara de lastimarse. Pero la menor forcejeó para que la soltara.

— ¡Basta! ¡No me toques!

— Hari ... — La menor se puso de pie y corrió al baño enojada para encerrarse. Jimin corrió detrás de ella, pero no pudo alcanzarla, así que terminó aporreando la puerta con temor a que Hari se hiciera daño. — ¡Hari! ¡Hari, abre la puerta!

La pelinegra se miró al espejo y fulminó a su reflejo con odio.

— Te odio... — se dijo a sí misma — ¡Te odio! ¡Te odio! — las lágrimas caían por sus sonrojadas mejillas.

La menor se empezó a golpear el rostro y a jalar el cabello y las orejas. Quería quitarse todo lo que la hacía ver diferente a los demás. Quería ser como las demás niñas, quería ser libre sin tener que esconderse. Quería ser como So Hye, ser amada por Jimin. Y no como una amiga o una hermana menor. Ella quería que Jimin la viera como algo más. Pero era una híbrida de diez años de edad. No podía ofrecerle nada.

Miró la pequeña rasuradora desechable y la tiró al suelo para pisarla hasta romperla y tomar el pequeño filo que tenía. Se miró en el espejo una vez más y se imaginó sin esas orejas que tanto le perjudicaban. Llevó el pequeño aparato filoso hasta una de ellas y presionó con todas sus fuerzas mientras movía su mano de adelante hacia atrás. Cerró los ojos con fuerza al sentir un terrible dolor ahí, pero aún así, no se detuvo.

La sangre comenzó a escurrirse por su cabello y a un costado de su frente. Las lágrimas no dejaban de caer por sus mejillas. El dolor estaba siendo insoportable, hasta que sintió cómo unas fuertes manos sujetaban las de ella para evitar que siguiera con su labor.

Dejó caer el filo y se dio cuenta del temblor que había en sus manos. Su respiración estaba entrecortada y la herida que se había hecho, dolía horrores.

Jimin apretó sus muñecas mientras estaba detrás de ella y las colocó a la altura de su vientre mientras se acercaba más a su espalda para poder abrazarla y descansar su cabeza en el hombro de la menor.

— Ya no te lastimes más. — Hari sintió su corazón doler al escuchar su voz entrecortada — Por favor, ya no lo hagas más. Te quiero así como eres. Para mí eres especial, Hari. No es tu culpa que los demás no puedan ver lo valiosa que eres. Sólo ... No te hagas daño. — la apretó contra él — Te amo, Hari.

La menor, empezó a sentirse mal al escucharlo llorar. Jamás había visto llorar a Jimin, y aunque estaba detrás de ella y no lo estaba viendo, Hari sintió cómo su pecho comenzó a doler, logrando que ella también empezara a llorar a su lado.

El pelinegro, en ningún momento la soltó por temor a que hiciera algo contra sí misma. Permanecieron así por unos largos segundos, hasta que Jimin decidió cargarla y llevarla de nuevo a la cama.

La menor no quería verlo, así que se dio media vuelta y le dio la espalda una vez más. Pero esta vez, a Jimin no le importó mucho. Solo le bastó con acostarse a su lado y abrazarla por detrás para asegurarse de que no hiciera nada malo.

— ¿Cómo está? — preguntó Taehyung mirando a Jimin con preocupación.

— No ha querido salir para comer algo. Está muy deprimida. Ayer ... Intentó hacer algo malo. — Taehyung lo miró confundido.

— ¿Algo malo?

— Se encerró en el baño y se hizo una herida en la oreja. Había tratado de cortársela, Taehyung. — el pelinegro se paso las manos por el cabello frustrado — Tengo que estarla vigilando cada segundo, porque tengo miedo que vuelva a hacer algo en contra de ella.

— ¿Intentó cortárselas? — lo miró sorprendido — Pero... La hacen ver linda.

— Por lo que pasó ayer, Hari cree que sus orejas y la cola la hacen parecer un animal. — lo miró preocupado — Ella me dijo que sabía que era un fenómeno. ¿Entiendes eso? ¡Ella cree que es un fenómeno, Tae!

— Hari necesita amor, comprensión y paciencia. Entiende que lo que pasó ayer fue muy duro para ella. Jamás había salido como lo hizo ayer a la calle y se llevó una mala impresión de las personas.

— Lo que me preocupa ahora, es su salud mental, Tae. Hari está muy deprimida. Por más que le diga que baje a comer algo, ella me ignora y se queda acostada en la cama. Tengo miedo que se enferme por eso y me da miedo mandarla como siempre porque puede tomarlo a mal.

— Ella está deprimida, Jimin. Sólo necesita ser tratada con calma y darle a entender que tiene nuestro apoyo.

— Lo intenté, pero es como si ella estuviese enojada conmigo. ¿Entiendes?

— ¿Le hiciste algo?

— No... — se quedó pensativo — Bueno... Puede que ayer haya querido reprenderla por haber desobedecido. — Taehyung lo miró en negación.

— ¿Por qué hiciste eso?

— ¡Estaba enojado! Me preocupó el hecho de que esas personas pudieron haberle hecho daño. Sabes que cuando algo me enoja y me desespera, soy un poco impulsivo.

— Muy impulsivo. Debiste controlarte. Jimin, es una niña de diez años, aparentemente, que tuvo una mala experiencia saliendo a la calle. — Taehyung lo miró enojado — Ellos la llamaron "rara". Incluso dijeron que era más un animal que una humana. Si tan sólo hubieses estado ahí, comprenderías por qué Hari está tan decaída.

— Y que bueno que no estuve ahí. Porque de haber sido así, me hubiese salido de control y hubiese hecho una escena gritándoles que ellos eran de lo peor.

— Sí. Pero ahora me preocupa que las personas "malas", la quieran buscar.

— Aunque intenten buscarla, protegeré a Hari de todo. — lo miró seriamente — La protegeré ahora más que nunca.

Editada 12/Enero/2023

Little Cat (Jimin y tú) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora