Little Cat (Jimin y tú) +18

Parte 44

Jimin salió del baño secando su cabello. Miró hacia su cama y se percató de Hari, quien ya estaba recostada, completamente dormida.

Park suspiró un poco frustrado. Se había dado cuenta del comportamiento extraño de la pelinegra y eso lo inquietaba. Una vez que secó su cabello, caminó a la cama y se recostó a un lado de la felina para después abrazarla por detrás.

Hari se removió algo incómoda, más no se deshizo del agarre del mayor en su cintura. Cerró los ojos tratando de no pensar en Jungkook ni en lo que Taehyung le había dicho, sintiendo cómo Jimin comenzaba a acariciarla, relajándola un poco.

— ¿Estás dormida? — preguntó el mayor susurrando en el oído de la menor.

Hari abrió levemente los ojos y negó con la cabeza.

— No.

— ¿No puedes dormir? — la pelinegra volvió a negar — ¿Hay algo que no me hayas dicho? — preguntó apegándose más a ella — ¿Algo que te esté molestando últimamente?

Hari suspiró hondo para después cerrar los ojos de nuevo y negar. No tenía ganas de hablar y mucho menos hablar de sus preocupaciones. Simplemente no se sentía lista para decirle a Jimin que le preocupaba Jungkook y que quería verlo de nuevo. O que Taehyung posiblemente sí se opusiera a su relación de pareja, porque prefería a Jeon.

— No. Sólo estoy cansada.

Jimin la miró sin creerle del todo y se acercó para besar su mejilla.

— ¿Te sientes mal? ¿Qué ocurre, Hari? ¿Alguien te hizo algo en el trabajo?

— Ya dije que no.

— Desde que saliste del consultorio has estado muy extraña. Y cuando terminaste tus clases, estuviste peor.

— No es nada. De verdad. — dijo con los ojos cristalizados.

— Hari... — el mayor intentó girarla para verla de frente, pero la menor se negó y cubrió su rostro con las sábanas, preocupando al pelinegro. — ¿Hari? — un pequeño sollozo se escuchó en la habitación y eso bastó para que Jimin se alarmara. — Hari, amor. ¿Qué pasa? — preguntaba mientras intentaba quitarle las sábanas de la cara, pero nada hacía que Hari lo mirara. — Hari. Hari...

— No quiero hablar. — dijo con la voz entrecortada.

— Amor, dime qué te ocurre. Me estás preocupando mucho.

— No es nada. Es una ridiculez.

— Si fuese una ridiculez, no estarías llorando, Hari.

— Sólo quiero dormir. Por favor... — sollozó — Déjame en paz.

— Hari...

— Te prometo que mañana estaré mejor.

Jimin la miró no muy convencido y suspiró rendido. Se recostó a su lado de nuevo y la abrazó fuertemente para que no se sienta sola.

— Te amo. No me gusta verte llorar. Y que no quieras hablar de esto conmigo, me hace pensar que yo te hice algo. — Hari no respondía, sólo sollozaba silenciosamente mientras escuchaba la voz del mayor — ¿Es porque no te dejé cubrir tus horas completas en el trabajo? — la menor cerró los ojos con fuerza, sin querer responder nada. — Amor, sabes que no lo hago por maldad. Me preocupa el hecho de que estés mucho tiempo cerca de las personas. Me da ansiedad pensar que podrían...

— Extraño a Jungkook. — soltó sin más.

Jimin se quedó estático en su lugar, tratando de procesar lo que la felina le había dicho.