Parte 39

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Hari abrió levemente los ojos y los volvió a cerrar sintiéndolos pesados. Miró a su alrededor y frunció su entrecejo al reconocer la habitación donde se encontraba.

Intentó moverse y se quejó por un dolor agudo que había sentido en su mano derecha. Miró hacia ésta y se percató del catéter que tenía puesto.

Se sentía muy débil y cansada. Intentó sentarse, pero una mano la detuvo, volviendo a recostarla.

— No te esfuerces demasiado. — la pelinegra miró a Jimin confundida.

— ¿Qué me pasó?

— Estuviste saltándote tus comidas. Estás muy débil. Me preocupaba que no despertaras.

— ¿Qué estoy haciendo aquí?

— Tuve que traerte para poder pasarte suero. Estabas muy deshidratada.

— Duele. — dijo refiriéndose al catéter en su mano — Quítamelo. No quiero tenerlo puesto.

— Lo siento, pero es muy necesario. Aún no estás recuperada del todo.

— Me está lastimando.

— Sólo no muevas tanto tu mano. — la miró preocupado — ¿Cómo te sientes?

— Muy cansada.

— Por lo menos ya despertaste. Eso es un avance. ¿Por qué dejaste de comer?

— No tengo apetito.

— Pues ahora que estás conmigo, quieras o no, comerás a tus horas. — Hari rodó los ojos con fastidio — Y no me hagas esos gestos. Sabes que odio que hagas eso.

— Ahora recuerdo qué era lo que me estresaba de vivir contigo. Siempre querías mandarme y hacer tu santa voluntad.

— Soy mayor que tú. Y prácticamente, yo te crecí. Así que... Lo siento mucho. — Hari rodó los ojos de nuevo — Que dejes de hacer eso. Ahora respóndeme. ¿Estás padeciendo de algún trastorno alimenticio?

— No.

— No tengas miedo de decirlo. Aún estás a tiempo para poder recuperarte.

— Que no.

— ¿Entonces? ¿Depresión? — Hari permaneció callada.

— No dejaría de comer por eso.

— Entonces, dime qué fue lo que te hizo dejar de alimentarte.

— Simplemente... No me daba hambre. Es todo. — Jimin la miró con los ojos entrecerrados.

— Okey... Entonces dime. ¿Cuándo fue que te dejó de dar hambre?

Hari desvió su mirada y permaneció callada. Su rostro se veía decaído y Jimin lo notó, pero no la presionó para que le dijera. Esperaría para que ella le dijera por su propia cuenta.

— Jungkook se fue. — y eso bastó para que el pelinegro desviara su mirada de ella con enojo.

— Jungkook. — resopló tratando de no mostrar su descontento. — ¿Todo esto es por él?

— Se enojó conmigo y se fue. Herí sus sentimientos.

— Depresión. — Hari lo miró sin entender — Si cuando Jeon se fue, se llevó tu apetito con él, entonces tienes depresión.

— No estoy deprimida.

— Me enoja que no quieras aceptarlo. ¿Pero sabes qué es lo que me enoja más? — Hari lo miró esperando su respuesta — Que te hayas hecho esto por él.

Little Cat (Jimin y tú) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora