Capítulo 1

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Elaia

- Elaia venga baja que ya está el desayuno listo - gritó mi madre para que despertara de una vez por todas.

Muy a mi pesar me levanté de la cama para emprender mi camino hacia la cocina. Llegué a mi destino y me senté para empezar a desayunar.

- Hija, tu madre y yo tenemos una noticia muy importante para ti. - dijo mi padre en cuanto di el primer mordisco a mi tostada.

- Tu padre y yo tenemos un viaje de negocios muy importante. - continuó mi madre.

- Y...- contesté yo sabiendo cómo acabaría esto.

- Y... nos tenemos que ir por 3 semanas - acabó la frase mi madre.

- 3 SEMANAS !? - dije yo abriendo los ojos como platos. Me esperaba que me dijeran que se tenían que ir, pero lo que nunca llegué a imaginar era que sería por 3 semanas.

- Si cariño, pero no te preocupes, ya nos hemos encargado de donde te quedaras estas semanas - dijo mi padre mientras me enseñaba su móvil.

No podía creer lo que estaba viendo.

- ¿Enserio? ¿En la Masía? ¿No había otro sitio, no? - contesté yo alucinando con la situación.

- Elaia hija, no te puedes quedar sola en casa 3 semanas, y tanto tu madre como yo creemos que el mejor sitio es la Masía - continuó hablando mi padre mientras mi madre solo asentia con la cabeza - en 4 horas sale el vuelo hacia Londres, ves preparándote que en nada salimos de casa.

Rechistar no me serviría de nada así que me levanté y subí las escaleras para llegar a mi habitación. Empecé a hacer la maleta con mil pensamientos en la cabeza.

Nací y vivo en Barcelona, crecí con el Barça. Desde pequeña mis padres han tenido la obsesión de que yo sea jugadora del Barça y nunca entendí porque. Me fijé en muchos deportes, pero nunca me dejaron hacer otro deporte que no sea fútbol. Nunca accedí a su chantaje, así que no hice ningún deporte en mi vida, solo educación física en el instituto, pero eso no vale.  

Cuando ya tenía la maleta preparada me duché. Salí y me puse un pantalón vaquero corto y una camiseta negra ancha y larga. Me peiné, me maquillé y bajé con mi maleta.

- ¿Estas lista, hija? - me preguntó mi madre al verme bajar.

- Si - contesté con cierta tristeza que pareció que mis padres la notaron.

- Tranquila Elaia, solo serán 3 semanas, te lo pasaras bien - añadió mi padre.

Asentí y fuimos en dirección al parking. No estaba lista para pasar 3 semanas allí, no quería. De camino a la Masía busqué información sobre ella, al parecer vivían unos 75 jugadores del Barça, no me se el nombre de ninguno pero sinceramente tampoco tengo intención. Se que allí me obligarán a jugar al fútbol, pero ya pensaré algo para librarme, no pienso dejar que mis padres se salgan con la suya.

Mis padres aparcaron justo en la entrada, nos bajamos del coche y entramos a recepción. Mis padres estaban hablando con el recepcionista mientras yo observaba todo con mucho detalle. Desde la recepción se veía el comedor, había bastante gente, así que supongo que era la hora del desayuno.

Escuché mi nombre y me giré. Ahí me encontraba, despidiéndome de ellos.

- Elaia cariño, nos vemos pronto - dijo mi madre dándome un abrazo.

- Eso es - habló mi padre dándole la razón a mi madre mientras extendía los brazos para que le abrazara.

- Vale, vamos hablando verdad? - contesté yo.

Ambos dijeron que si, dicho eso abandonaron la recepción. 

- La hora del desayuno es de 8 a 10, la comida de 13 a 15 y la cena de 20 a 22. Cada día se harán actividades diferentes, te doy el primer planning semanal y la semana que viene tendrás que pedirme el siguiente, ahí pone todas las actividades que tienes, también pone la hora y el sitio donde se hacen. Solo puedes salir de la Masía de 10 a 14 y de 18 a 22, siempre y cuando no tengas actividades. Tu habitación está en la tercera planta, al final del pasillo, de momento no la compartes con nadie, aquí está la llave. - me explicó el recepcionista mientras me dió la llave - ¿alguna pregunta?

-  ¿Qué pasa si estoy fuera a una hora que no debo? - pregunté curiosa.

- No podrás entrar, tendrás que esperar a que la Masía abra sus puertas, a las 9. - me contestó y yo solo asentí.

- ¿Necesitas un tour por la Masía? - me preguntó.

-  No gracias, ya lo descubriré yo. - le respondí con una sonrisa.

Él solo me devolvió la sonrisa y yo cogí la maleta para dirigirme hacia mi habitación.






Golden boy / GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora