Capítulo 11

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Pablo Gavi

Estaba en un banco de recepción con Elaia. Pensé que era el momento de preguntarle porqué estaba aquí sin saber nada de fútbol, así que lo hice

- ¿Te puedo preguntar algo?

- Ya lo estás haciendo - le miré confundido - déjalo, ¿qué pasa?

- En el coche dijiste que no sabías nada de fútbol, te tuerces el tobillo jugando y me he dado cuenta de lo mala que eres jugando. Mi pregunta es, ¿por qué estás en la Masía?

- Lo siento, pero sigo pensando que no tenemos la suficiente confianza, nos acabamos de conocer.

- Si, lo entiendo, pero que sepas que me voy a ganar tu confianza y me lo vas acabar contando.

. Me cuesta confiar, aviso.

- Bueno, me gusta lo difícil.

Comencemos a reír tímidamente hasta que un sonido de mi móvil nos interrumpió. Miré al móvil y vi que me estaba llamando Pedri así que lo cogí.

- Dime- dije.

- Estoy fuera - contestó.

- Vale, ahora salimos - colgué.

- Ya está aquí? - preguntó Elaia.

- Si, vamos.

Me guardé el móvil en el bolsillo y volví a coger a Elaia.


Elaia

Gavi me volvió a cargar en sus brazos para llevarme a la salida donde nos esperaba Pedri. En cuanto nos vió salió del coche para abrir la puerta trasera y que Gavi me sentara.

Me sentó en el asiento de detrás de Pedri para que así pudiera estirar la pierna en los otros dos asientos y cerró la puerta para después entrar en el coche igual que Pedri.

- ¿Qué ha pasado? - preguntó Pedri mientras arrancaba el coche.

- Le expliqué un plan para que no hiciera las actividades, y ese plan era que se torciera el tobillo - explicó Gavi.

- ¿Y si todo es un plan porque estamos yendo a urgencias?

- Era un plan que se convirtió en realidad, me lo torcí de verdad - dije.

Pedri se empezó a reír igual que Gavi.

- ¿Oye podéis dejar de reiros de mí? - hablé.

- Es que me imagino el momento, tuvo que ser la ostia - comentó el canario mientras seguía riendo.

Sus risas eran tan contagiosas que me la acabaron pegando, así que estábamos los 3 riendo.

Nos acercabamos a un semáforo cuando vi que había mucha gente alrededor.

- ¿Y toda esa gente? - pregunté.

- Bienvenida al mundo del famoseo - contestó Pedri.

- Por favor que no se ponga rojo. - dijo Gavi, no sirvió para nada ya que cuando estábamos a punto de pasarlo se puso rojo - mierda.

De repente mucha gente rodeaba el coche. Pedri bajó la ventanilla y empezó a hacerse fotos mientras que Gavi estaba serio mirando hacia delante sin bajar la ventanilla.

- Dios, ¿cómo podéis aguantar eso? - pregunté mientras nos íbamos de allí ya que se puso el semáforo verde.

- Te acabas acostumbrando - contestó Pedri.

- Oye, ¿esas personas me habrán visto en el coche?

- Tranquila, por las ventanillas de atrás no se puede ver que hay dentro - siguió hablando Pedri

- Pero las de delante si, han grabado a Gavi, quizás salgo yo de fondo.

- Joder - bufó Gavi.

- Vamos a tranquilizarnos, quizás no sales - dijo Pedri - venga, bajaros, voy a aparcar el coche y entro.

Gavi se bajó del coche, dió la vuelta en el y abrió la puerta para cogerme.

Golden boy / GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora