Capítulo 30

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Elaia

- Vo-vosotros...

Los chicos siguieron mirándose entre ellos, menos Pedri, que estaba igual de confundido que yo.

- Vosotros lo sabíais - dije con la voz temblorosa.

Mis ojos empezaron a cristalizarse mientras que los chicos agachaban la cabeza.

- Ela... - habló Gavi.

- No me vuelvas a llamar así - dije levantándome.

- Tienes que entendernos, era por tu seguridad.

- Por mi seguridad mis cojones Pablo - dije y miré a todos - iros a la mierda.

Cogí mi bolso y abandoné el restaurante lo más rápido posible.

Me estaba alejando del restaurante cuando escuché pasos detrás de mí.

- Elaia - habló una voz a mis espaldas

- Ahora no Pedri - contesté.

- Espera por favor.

- Déjame - noté como él dejó de caminar.

- Yo no lo sabía - me paré de golpe, me giré y lo miré a los ojos.

- No me mientas.

- No lo hago.

- Pablo es tu mejor amigo, ¿porque no te diría nada?

- Sabía que te lo contaría - suspiré - ven aquí anda.

Pedri me cogió de la muñeca y me acercó a él para fundirnos en un cálido abrazo.

- Soy imbécil - dije mientras lágrimas corrían por mis mejillas.

- Claro que no lo eres.

Me solté lentamente de su agarré y él me cogió de la cara obligándome a mirarle.

- No eres imbécil.

- Joder - murumuré mientras él limpiaba mis lágrimas.

- ¿Quieres venir a mi casa a dormir? - preguntó.

- No quiero molestar.

- No lo haces, al contrario, prefiero que duermas conmigo.

- Está bien, ¿vamos?

Pedri asintió y pasó su brazo por mis hombros llevándome donde está su coche.

Nos subimos y estuvimos en silencio hasta que sonó el teléfono de Pedri.

- Cógelo y ponlo en altavoz - dijo el canario sacando su móvil del bolsillo para darmelo a mi.

- Pequeñajo - leí el nombre de la persona que le llamaba.

- Es Gavi - confesó - no hace falta que lo co-

No dejé que Pedri acabara la frase ya que cogí la llamada.

- Pedri - habló Gavi.

- ¿Qué quieres tío? - contestó Pedri.

- ¿Estas con Elaia? - el canario me miró y yo negué con la cabeza

- No.

- Joder - suspiró Gavi - cuando saliste del restaurante, ¿que pasó?

- Fui detrás de ella, la intenté parar pero no me hizo caso.

- No está en la Masía, he llamado a Paco y dice que no ha llegado.

- Gavi tio, déjala.

- ¿Pero tu estas tonto? Me preocupa tío, no sabemos dónde está.

- Si tanto te preocupa, ¿Por qué coño no se lo habéis dicho?

- Otro, que era por su seguridad - dijo en un tono enfadado - además, ¿tú porque estás enfadado?

- ¿Que por qué? Le habéis ocultado algo muy importante a Elaia, ella merecía saberlo desde un principio. Además, ni me lo contaste.

- Sabía que se lo hubieras chivado.

- Pues si, ¿y sabes por qué? - dijo Pedri aparcando el coche en su parking y quitándome el móvil de las manos - porque es una niña de diez, esa niña vale oro, y no se merece lo que le habéis hecho.

Dicho eso, el canario colgó y me dió un fuerte abrazo.

- Tranquila, todo estará bien - dijo Pedri mientras yo no podía dejar de llorar.

Pedri salió del coche para abrir la puerta del copiloto y sacarme del coche en brazos. Sacó las llaves y abrió la puerta. Me llevó hasta la habitación de la planta baja, me tumbó en la cama y se fue.

Al cabo de unos minutos vino con una camiseta y un pantalón.

- Aquí tienes algo de ropa para que duermas cómoda - dijo dejándola a mi lado - buenas noches tulipán.

Me dió un beso en la frente y se fue.

Golden boy / GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora