Capítulo 47

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Elaia

Al llegar a la habitación me cambié lo más rápido posible.

Me puse unos pantalones tejanos cortos, un top de manga corta y el bolso.

Volví a bajar encontrándome con el coche de Sira rodeado de fans, no sabía si acercarme pero decidí hacerlo.

- Elaia, Elaia - gritaban algunas personas.

- Una foto por favor - me dijo una chica.

Me hice fotos con algunas personas, y cuando ya no quedaban tantas pude entrar al coche.

Cuando Sira acabó de hacerse fotos y firmar algunas cosas, arrancó el coche y nos fuimos de ahí.

- Joder - suspiré.

- Gavi te avisó, esto no es nada - dijo Sira - verás cuando digáis que sois novios.

Abrí los ojos como platos ante su comentario.

- ¿Cómo que novios? - reí.

- Quizás ahora no lo sois, pero lo seréis.

- ¿Por qué? - pregunté curiosa.

- Es obvio, pasará tarde o temprano.

- Estas mas segura tu que yo - reímos.

- Se nota tensión cuando estáis juntos, os brillan los ojitos cuando os miráis.

- A ver, nos hemos besado algunas veces, pero no sé.

- ¿Te gusta? - preguntó.

Esa pregunta hizo que me quedara pensando. Nunca me lo plantee de esa manera, pero sabía que sentía algo dentro de mí cuando estaba cerca suyo, o cuando nos besabamos.

- Creo que sí - respondí.

- Pues ya está, háblalo con él.

- Sira, es un futbolista increíble, tiene a mil tías detrás, ¿porque iba a fijarse en mí?

- ¿Con quién se besa? - me quedé callada - da igual cuantas tías hayan detrás de él si a la que besa eres tú.

- Si fuera su novia tendría demasiadas inseguridades.

- ¿Por qué dices eso?

- Viviría con miedo de que me pusiera los cuernos o algo así.

- Conozco a Gavi, y sería incapaz de hacer algo así.

- Casi dos semanas y me enamoro de un futbolista, esto no puede estar pasando - incliné mi cabeza hacia atrás.

- Dos semanas y te besas con un futbolista.

- Las vueltas que da la vida - reímos - sinceramente, me alegro de que me quede hasta finales de verano.

- Dios si, que bien de que te quedes, enserio. 

Llegamos al restaurante, dejamos el coche al aparcacoches y entramos.

Pedimos de comer y a los minutos nos trajeron la comida. Nos hicimos algunas fotos y como no las subimos.

- ¿Vendrás al partido no? - preguntó.

- Obvio - respondí y reímos.

- Sabía que no dejarías tirado a Gavi.

- Pero no tengo entrada.

- Por eso no te preocupes, hablaremos con el segurata para que te deje entrar siempre que quieras.

- Perfecto, ¿vamos directas?

- Quedan 3 horas para que abran las puertas.

- ¿Entonces qué hacemos?

- ¿Damos una vuelta?

El camarero trajo la cuenta, y cuando iba a coger el bolso Sira me paró.

- He dicho que invito.

- No hace falta, puedo pagar.

- Invito - insistió.

- Está bien - me rendí - gracias.

- No es nada - sonrió.

- Quería darte las gracias Sira.

- Ya las has dado, tranquila - rió.

- Te he dado las gracias por la cuenta, no por todo.

- ¿Por todo? - preguntó confundida.

- Por acogerme desde el primer momento - sonreí - cuando conocí a los chicos me dieron un poco de miedo, no voy a mentir. Pero estoy muy feliz de conocerte, feliz de que seas mi amiga.

- No digas eso que lloro - reí y Sira se limpió las lágrimas que salían de sus ojos - yo tambien estoy feliz de conocerte y de no ser la única chica. Quiero que sepas que te considero mi hermanita pequeña.

- ¿No tienes hermanos? - vi como la cara de Sira cambió por completo - tranquila, no hace falta que lo digas.

Golden boy / GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora