Extra

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8 julio de 2034

- William bájate de ahí - grité.

Mi hijo pequeño, William, estaba saltando en el sofá del comedor de casa, ese niño era un completo terremoto.

- ¿Mami nos vamos ya? - preguntó Sofía.

- Si cariño - respondí.

   Acabé de ponerme los tacones y la chaqueta.

- Amor, ¿estás ya? - grité.

- Si, vámonos - contestó saliendo del baño.

- Estás guapísimo - dije cuando lo vi, para luego darle un beso corto en los labios.

- Tu mucho más - me dio otro beso, esta vez algo más largo.

Cogí a Williams en brazos y salimos de casa, para ir al parking que teníamos.

Mientras yo colocaba a William en su sillita, mi marido ponía a Sofía.

- Sofi, deja de moverte - habló.

- Es que tengo muchas ganas de llegar - contestó.

- Cuanto antes te dejes de mover, antes nos iremos y por tanto antes llegaremos.

La pequeña hizo caso y por fin pudimos emprender nuestro camino.

Llegamos los primeros para acabar de colocar algunas cosas. Mientras los invitados llegaban hicimos algunas fotos de los dos pequeños.

- Ya estamos aquí - gritó alguien desde la puerta.

- Pepi - gritó Sofía mientras corría hasta llegar a él.

- Mi niña - respondió el canario mientras la cogía en brazos y le daba un abrazo - felicidades pequeñaja , ¿cuántos añitos cumples?

La pequeña levantó cuatro dedos.

- ¿4? - preguntó Pedri haciéndose el sorprendido - ala que grande.

Me acerqué acompañada de mi marido y mi hijo pequeño.

- Ey Pablito - dijo Pedri dándole la mano.

- Pedrito - le abrazó.

- Alba - me acerqué a ella para darle dos besos y un abrazo - ¿cómo está el pequeño?

- Genial - se tocó la barriga - tengo ganas de que nazca.

- Todos lo esperamos con ansias - contesté - serás una madre estupenda, y Pedri será un padre increíble.

Estábamos hablando los cuatro cuando alguien entró por la puerta.

- Chicos, ya hemos llegado - dijo Abi acercándose a nosotros.

Los saludamos y pasamos todas al comedor, donde estaba todo preparado.

Los minutos iban pasando y la gente iba llegando. Mis suegros, mi cuñada y su pareja, casi todos los chicos, amigos...

- ¡Llegó la fiesta! - gritaron Ansu y Balde al entrar.

Todos reímos y les hicimos pasar. Cuando llegaron todos el DJ puso la música y el catering empezó a sacar la comida.

Cuando me aseguré de que estaba todo bajo control, me senté en un sofá que había.

- Amor, ¿qué te pasa? - Pablo se sentó a mi lado pasando su brazo por mis hombros.

- Nada, solo estoy cansada - respondí.

- Está bien, ahora dime la verdad - le miré confundida - vamos Elaia, te conozco, llevamos casi tres años casados.

Golden boy / GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora