Capítulo 61

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Elaia

Me fui de casa de Pedri un tanto extrañada. No me quiso decir si le gustaba o no a Gavi, y eso hizo que tuviera aún más dudas.

Estaba de camino a la Masía cuando me pareció ver el coche de Ansu con él y Gavi dentro, pero no le di mucha importancia y seguí mi camino.

Al llegar solté el bolso y me quité los zapatos para luego tirarme a la cama quedando tumbada boca abajo.

Noté como mi móvil vibró y lo saqué de mi bolsillo trasero para mirar la notificación.

¿Te apetece ir a cenar esta noche? me escribió Gavi.

Claro Pablito, hora y sitio contesté.

 A las nueve en recepción, paso a buscarte.

¿Tan tarde?

Solo hay reserva a esa hora.

Eran casi las 5 de la tarde, así que aún tenía tiempo.

- - - - - - - - -

Abrí el armario en busca del vestido que me iba a poner esta noche.

Pensé que me quedaba mucho tiempo, pero cuando me di cuenta faltaban menos de dos horas, y como siempre, iba tarde.

Finalmente encontré el vestido perfecto, me lo puse y fui al baño para aplicarme algo de maquillaje y plancharme el pelo.

Estoy abajo Gavi me envió un mensaje.

Aún me quedaba ponerme los zapatos, así que me los tuve que poner rápido y de cualquier manera y bajar lo antes posible.

Desde que salí de la habitación no me crucé con nadie, cosa que era muy rara ya que siempre había alguien, sea la hora que sea.

Llegué a recepción y no estaba Paco, empecé a preocuparme.

Cuando iba a sacar el móvil para escribir a Gavi me di cuenta que había un atril en la entrada del comedor junto a una persona que vestía un smoking.

Me acerqué y me di cuenta de quién era.

- ¿Pedri? - pregunté confundida.

Él levantó la cabeza y me miró para luego sonreír.

- Perdone, creo que se equivoca, mi nombre es David - contestó.

- ¿Qué haces aquí?

- ¿Su nombre es Elaia? - asentí confundida- tiene una reserva, acompáñeme.

Abrió la puerta del comedor, estaba todo vacío, solo había una mesa en el centro.

Entramos y me llevó hacia la mesa.

- Siéntese, enseguida vendrá su acompañante.

A los minutos noté como alguien ponía sus manos en mis hombros y se acercaba a darme un beso en la mejilla, me iba a apartar pero en cuanto olí esa colonia sonreí.

Se separó y se sentó en la silla que había delante de mí.

- ¿De qué va esto? - pregunté.

- Solo disfruta - guiñó el ojo.

Pedri, o David, se acercó a la mesa.

- ¿Qué desean para beber? - preguntó.

- Una copa de vino - contestó Gavi.

- Coca cola - respondí.

Se alejó y Gavi soltó una pequeña carcajada.

- ¿En serio una coca cola? - preguntó gracioso.

- Ya sabes que no bebo - contesté seria.

Pedri volvió a aparecer con una bandeja, en la que estaba la copa de vino y la coca cola. Dejó la bebida en la mesa y sacó una mini libreta.

- ¿Ya saben lo que van a comer?

- Yo una ensalada, la de siempre - contesté.

- Yo un entrecot - dijo Gavi.

- Perfecto, enseguida lo traigo.

Asentimos y fue a la cocina del comedor.

- Ahora enserio Gavi, ¿De qué va esto? - pregunté.

- Bueno, hoy hace un mes desde que llegaste y quería hacer algo especial.

- Gracias - sonreí.

- Toma - dejó un sobre encima de la mesa - cuando acabemos de cenar lo abrirás. 

Seguimos hablando un poco más hasta que nos trajo la comida. Estuvimos cenando mientras hablábamos y reíamos.

 - Está siendo la mejor noche - hablé y le di un último sorbo a mi bebida.

- Y aún no ha acabado - sonrió.

- Ya hemos acabado de cenar, ¿puedo abrirlo? - señalé el sobre.

- Eres muy impaciente - rió - ábrelo anda. 

Lo abrí y era una carta escrita por él, a mano.

Hoy hace exactamente un mes desde que llegaste, no puedo negar que fue un mes increíble. No me arrepiento de haberte dicho que subieras al coche, gracias a mi llegaste a tiempo, de nada. El primer beso que nos dimos fue el más bonito, nuestros besos pueden ser salvajes, pero ambos sabemos que detrás de eso hay un sentimiento inexplicable. Solo contigo soy capaz de abrir mi corazón y contarte lo que nadie sabe de mi. Sé que a veces soy frío o borde, pero es porque es la primera vez que siento algo tan fuerte por una persona, y eso me asusta. Te parecerá raro que te escriba esto, sabes que no es mi fuerte expresar como me siento y que siento, espero que lo tengas en cuenta. Decidí hacer esta carta porque tengo algo muy importante que preguntarte.

Elaia, ¿me harías el honor de ser tu novio?

PD: el bebé se ha enamorado.  


Solté una leve risa al leer eso último, pero enseguida las lágrimas salieron de mis ojos. Levanté la mirada y vi a un Gavi nervioso.

- ¿Quieres ser mi novia? - preguntó con la voz temblorosa.

Golden boy / GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora