Golden boy / Gavi

Capítulo 76

Pablo Gavi

24 diciembre de 2022

Estaba en el aeropuerto con mi novia, a punto de coger un vuelo que nos llevaría a Sevilla.

Después de estar casi dos horas en el aeropuerto, nos llamaron para subir al avión.

Señores pasajeros, bienvenidos al vuelo con destino Sevilla. Ahora mi compañero dará unas instrucciones dijo una azafata.

Un chico empezó a señalar las salidas de emergencia y nos explicó cosas básicas.

Gracias por su atención y disfruten del viaje acabó de hablar la azafata.

- ¿Lista? - pregunté a mi novia mientras nos abrochamos el cinturón.

- Si - contestó y sonrió.

El avión empezó a moverse y agarré la mano de mi novia para tranquilizarla. Finalmente, después de unos minutos, el avión despegó. 

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Después de casi dos horas, el avión aterrizó. Pasamos unas puertas, y detrás de ellas estaban mis padres y mi hermana esperándonos.

Nada más vernos Aurora corrió hacia Ela y le dio un abrazo.

- Hola hermanita, yo también te he echado de menos - dije sarcástico.

- Exagerado - contestó separándose de mi novia para abrazarme a mí.

Ela se acercó a mis padres, quienes la recibieron con una gran sonrisa.

- Hola cariño - habló mi madre y la abrazó.

 Me acerqué a mi padre y le saludé.

Cuando acabamos de saludarnos nos fuimos rápido al coche, ya que la gente empezaba a reconocerme.

- Vamos a casa a dejar maletas y luego salimos a dar una vuelta, ¿os parece bien? - preguntó mi padre.

- Si, por mi si - contesté y miré a mi novia.

- Perfecto - respondió Ela sonriente.

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- Pedir lo que os apetezca - dijo mi padre mientras mirábamos la carta.

Finalmente, optamos por unas ensaladas para compartir y luego un plato cada uno. Mi novia pidió algo de pasta, mi hermana y yo carne y mis padres pescado.

- ¿Esta noche quién viene? - pregunté mientras llevaba el último trozo de carne a mi boca.

- Los primos, los tíos y los abuelos - respondió mi madre.

- ¿Tanta gente? - preguntó mi novia nerviosa.

- Tienen ganas de conocerte - dijo mi madre sonriente.

Trajeron la cuenta, mis padres pagaron y nos fuimos a casa.

- Ven, vamos a la habitación - me dirigí a mi novia.

Le agarré la mano y subimos las escaleras corriendo y riendo. Llegamos y nos tiramos a la cama.

- Para para - dijo mi novia riendo, a causa de las cosquillas que le hacía.

Después de tantas súplicas, paré de hacerle cosquillas y la besé.

- ¿Estás bien? - pregunté - te he visto rara durante el camino a casa.

- Si, tranquilo - respondió y se incorporó, quedando completamente sentada sobre la cama.

- Te conozco, dime que te pasa - también me senté.