Capítulo 27

10.1K 329 10
                                    


Elaia

Pasó una hora más o menos desde que me trajeron Sira y Ferrán. 

- Dime - dije contestando la llamada de Pedri.

- ¿Estás lista?

- Si.

- Estoy abajo.

- Voy - colgué y cogí el bolso y las muletas para salir de la habitación.

Salí de la Masía y justo delante estaba el coche de Pedri aparcado. Me iba a sentar en el asiento de atrás pero como vi que no había nadie en el asiento de copiloto me senté ahí.

- ¿Vienes solo? - pregunté mientras me abrochaba el cinturón.

- Si, Gavi no quiso venir - contestó.

- ¿Y eso?

- Me parece que está enfadado - le miré extrañada.

- ¿Por qué?

- Está así desde que salimos del partido.

- Creo que es por lo de tulipán - rei - puso una cara rara cuando me llamaste así.

- Puede ser - reímos.

Estuvo el resto de camino hablando y riendo, hasta que finalmente llegamos al restaurante donde nos esperaban el resto.

Entré junto Pedri riéndonos, captando así la atención de los clientes. Llegamos donde estaban los chicos sentados, y me saludaron todos menos Gavi. Gavi ni siquiera levantó la mirada.

Miré extrañada a los chicos y ellos se encogieron de hombros. El único asiento libre era el que estaba al lado de Gavi, ya que Pedri se sentó al lado de Ansu.

Me tocó sentarme entre Gavi y Pedri.

Poco después de sentarnos apareció el camarero para tomarnos nota.

- ¿Estás bien? - susurré a Gavi y él solo asintió.

Tenía sus manos en su barbilla, con los codos en la mesa.

- No me mientas - volví a susurrarle.

- Estoy bien Elaia - contestó llevando las manos a la mesa, produciendo un golpe.

- Ey tranquilo - puse mi mano encima de la suya - vamos fuera a hablar.

Me levanté y me dirigí fuera del bar, sentí su mirada y supe que venía detrás de mí.


Pablo Gavi

Seguí a Elaia, quien me dijo de ir fuera a hablar.

La verdad es que ni levanté la mirada cuando llegó, pero ahora que caminaba detrás de ella, me di cuenta de lo preciosa que estaba. Llevaba un vestido negro de tirantes con la espalda descubierta.

- ¿Qué quieres? - hablé.

- Que me digas la verdad - contestó.

- ¿Que verdad?

- ¿Por qué estás así?

- No estoy de ninguna manera.

- No me mientas Pablo - le fulminé con la mirada.

- Sabes que no me gusta que me llamen así.

- Y tu sabes que lo seguiré haciendo - suspiré.

- Estoy así porque no entiendo el mote que te puso Pedri - confesé.

- Me pidió el número cuando fui a decirle que quería ir al partido, fui yo quien puso el mote tulipán, y desde entonces me llama así.

- Muy bien, ya sabes porque estoy así, ¿me puedo ir?

- No, vamos a solucionarlo.

- Que esta todo bien.

- ¿Seguro?

- Por mi si, Ela.

- ¿Ela?

- Si Pedri te llama tulipán, yo Ela - sonreí.

- Me parece bien, vamos anda.

- Tu primera.

Entré con una sonrisa, cuando me vió Pedri me guiñó el ojo y yo hice lo mismo en señal de que todo estaba bien.

- - - - - - - -

- Oye - dijo Elaia captando la atención de todos - tengo que estar en la Masía en 20 minutos.

- Aún falta el postre - contestó el canario.

- Lo sé, pero es el horario que hay.

- ¿Y si te quedas en casa del canario? - propuse - podemos ir todos.

- Oye que es mi casa - se quejó Pedri y el resto reímos - pero me parece bien.

Acabamos de cenar y nos fuimos a casa de Pedri, esta vez con Elaia en nuestro coche.

- Ansu y Gavi, ¿vosotros tenéis el mismo horario que yo? - preguntó Elaia.

- Por ser del equipo titular no tenemos horario, eso si, no más tarde de las once de la noche - contesté.

Llegamos a casa del canario y nos reencontramos con Sira y Ferrán.

Estuvimos un rato sentados en el sofá, hasta que nos entró el sueño.

- ¿Cómo vamos a dormir? - preguntó Ansu.

- Hay habitaciones de sobra - contestó Pedri.

- No tengo pijama - dijo Elaia.

- Ves a mi vestidor y coge lo que quieras, y el resto también.

Elaia se levantó y se fue. Al cabo de unos minutos volvió a pata coja, ya que iba sin muletas. Iba con una camiseta larga ancha negra con un dibujo en el centro.

- ¿Llevas pantalones? - pregunté.

Elaia se sonrojó y cogió un cojín del sofá para tirármelo.

- Gavi tío - dijo Ansu riendo igual que el resto.

- Pues si, si llevo - habló Elaia levantándose la camiseta.

- Te quedarían mejor los míos - le sonreí.

Elaia llevaba unos pantalones del Barça, con el número de Pedri.

El resto nos cambiamos, y nos fuimos a las habitaciones de arriba, menos Elaia. Al llevar muletas se quedó en la planta de abajo, en la habitación que estaba al lado de la de Pedri.

Golden boy / GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora