1) Viaje de negocios.

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—¡Sarah! —oí entre sueño como llaman mi nombre—. Levántate, llegarás tarde al aeropuerto —entró a mi habitación mi prima Leonor, después de abrir la puerta de esta estrepitosamente, sobresaltandome así con su llegada.

Tiene una cara de descontento que la hace ver adorable debido a sus regordetas mejillas todas sonrosadas, pero que conste que ella no es nada adorable cuando se enoja.

—¿Aeropuerto? —pregunte aún toda soñolienta—. Ah... —me acordé—. ¿Acaso no puedes entrar sin chillar Leonor? ¿Eh, dime?, ¡¿Sabes acaso el sueño tan hermoso que estaba teniendo?! Me dañaste el momento más hermoso del sueñ..

—Déjate de estupideces y ve a bañarte para que bajes a desayunar antes de irte —me calló como todo una mamá enojona—. Tu vuelo sale a las ocho a.m. y son las seis y treinta y cinco a.m, hora en la cual ya debería estar lista para ir saliendo. ¿No debes estar a las siete en el aeropuerto?

—¡¿Que?! —¿Por que dormí tanto Dios? O mejor aún, ¡¿Por qué la alarma no sonó?!—. ¿Por qué no me llamaste antes, Leonor? ¡Ay! Mi jefe me va a matar si llego tarde —salí echa un misil de mi cama directo al baño.

🔮🔮🔮

—Sarah.. ¿Acaso no vas a desayunar? —me miró con una 'eja alzada.

—Leo, no me da el tiempo. ¿Me puedes ayudar a llevar la maleta al vehículo? —le puse las manillas de las dos maletas en las manos y le di un beso en la mejilla—. ¡Gracias, eres la mejor! —salí de nuevo a mi habitación por mi bolso y me di una última mirada en el espejo.

—Sí que estás hermosa, nena, siempre deslumbrand..

—¡Sarah, baja ya, ¿Quieres?! —voceó dañado mi motivación.

—¡Ya voy, Leo! Agsh, que pesada está últimamente..

Baje y me subí en el asiento del copiloto lo más rápido que pude, como si eso le quita lo tarde al asunto. Deje a Leonor que conduzca ella porque soy pésima conduciendo y más en situaciones como está.

—¿Otra vez con la motivación en el espejo? —me dio una sonrisa de burla, lo que haría si pudiera, que me vuelva un tomate andante, lástima que mi color de piel me ayuda ahí, aunque la vergüenza permanece.

—¿Quieres conducir ya, por favor? —le di una sonrisa forzada. Se echó a reír y comenzó a conducir.

Suelo hacer eso desde chica y es que cuando tienes problemas de autoestima sueles hacer cosas sin sentido, pero que te ayudan con ella, un poco.

Leonor lo sabe porque nos criamos prácticamente juntas, y siempre estaba en casa los fines de semana porque era nuestro día familiar, donde se reunía la familia completa. Solo somos Leonor y yo desde siempre.

Nuestros padres viven en República Dominicana, como nosotras actualmente, y nosotras estuvimos un tiempo en california con su padre, mi tío; en la actualidad ella tiene veinticinco años y yo veintidós.

Ella fue la primera en irse para California con mi tío, su papá, con apenas dieciséis y yo fui cuando tenía diecisiete, ella me condujo a ir a estudiar allá y así lo hice, me gradué en turismo y ella en pediatría y después de graduarme vinimos ambas a nuestro país natal, a trabajar y aquí fue donde volví a convivir con el Don Evans.

Decidimos que era mejor vivir aquí en nuestro país natal con nuestros padres y ya hace un año que estamos aquí, pero ahora se me presentó un trabajo que me llevará tiempo fuera de mi país, otra vez y no sé cuánto será.

Para los que no la conocen ella es así: tiene una cabellera rubia platinada y la lleva más arriba de los hombros. Ojos grisáceos. Su cara es regordeta, supongo que es por su peso. Su piel es blanca, pero está un poco bronceada por el sol y a pesar de su peso tiene un cuerpo envidiable. Es alta, mide uno setenta cm, y es un algodón de azúcar con todos, en especial con los niños, pero también es muy enojona cuando no hacemos lo que quiere.

AMOR SUFRIDO. {Resubida} ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora