AMOR SUFRIDO. {Resubida} ©️

5) Confusión.

La cena transcurrió de lo más tranquila porque son una familia muy unida y linda, y me di cuenta que a la señora Moon le encanta chillar igual que a Eun-ha, parece chistoso, pero tienen una voz muy similar.

El chico mayor me llamó mucho la atención y no en el sentido del amor, sino ¿Curiosidad? Es muy callado, incógnito y aplicado, todo lo contrario del terremoto de su hermano.

Estudió medicina y trabaja en una clínica como médico, en el turno de noche, y el menor aún está cursando el último semestre de la universidad, esté está estudiando actuación. El tal Kim Joon-gi ni siquiera habló en la mesa, solo lo necesario.

Ya es hora de irme, creo que me he pasado de hora.

—Bueno, gracias por todo, pero ya tengo que irme —asentí mirando a Moon—. Tengo trabajo mañana temprano y mi jefe de seguro no me dejara descansar bien.

Me reír de mí misma porque sé que es verdad, siempre me llama una hora antes, aún sabiendo que soy puntual, últimamente no lo he sido, pero si lo soy.

—Oh, entiendo querida —se paró y se despidió de mi con un abrazo y su esposo con un apretón de manos.

—Te acompaño —Joon-gi se ofreció acompañarme amablemente.

—No hace falta, conozco la puerta y vivo a dos casas. Puedo ir sola —me negué rápidamente.

Que me dirija la palabra me tomo por sorpresa, por lo que me dio la sensación de que lo hizo por cortesía, no porque le agradará; nunca me miró en la noche entera y que se disponga ahora no me cuadra, aunque si es por mí no hay problema.

—Por favor, déjame acompañarte —insistió.

¿Como decirle que no a esa sonrisa? Es imposible. Suspiré rendida.

—Si tanto insistes, pues vamos —le resté importancia.

Caminamos hacia la salida, el me abrió la puerta, todo un caballero, y salimos. Comenzamos a caminar hacía mi casa en silencio, hasta que el se decidió a romperlo con un "oye", y no es que no quiera hablar con él, es que el ambiente era muy hermoso como para que yo lo dañe hablando incoherencias, porque si, siempre me pasa cuando estoy con algún chico guapo como él, aunque eso no me ha pasado seguido.

—¿Uhm?, Sarah.. —llamó mi atención, otra vez.

¿Ya les dije que tiene una hermosa voz? El tiene una voz ronca y pausada, lástima que no le gusta hablar mucho, bueno, todo de él es hermoso, imposible de no gustarme.

—¿Si? —desvié mi mirada hacia mis pies.

—Por lo que he visto eres nueva por el vecindario, ¿Eres nueva en el país? —me miró interrogante.

—¿Eh?.. —pregunté incrédula a su pregunta, ¿De verdad se nota tanto que no soy de Corea? ¡Obviamente!—. ¿Como lo sabes? ¿Se me nota mucho?

Se echo a reír por mis tontas preguntas, ¿Quién no lo haría? Solo a mí se me ocurre pregunta eso cuando de leguas se nota que soy ¡Caribeña!

Pero valió la pena escucharlo reír, su risa es.. ¡Ay, Dios! ¿Me estoy enamorando? ¿Señor, por qué cada cosa que hace él me gusta? ¡Esto no es normal! Ni siquiera sé si es cristiano como para estar enamorándome de el con solo verlo una vez, ¡Solo lo he visto hoy y ya me dejó flechada! Que patética soy.. ¡Doy pena!

—Lo se porque esa casa —señaló mí casa.

Digo mía porque la estoy pagando, por ende es mía hasta que me vaya, ¡Espera! ¿En qué momento llegamos? No es como que viva muy lejos, pero no me había percatado de que habíamos llegado, ¿Hasta este grado me está afectando su presencia?