63) Incidentes inocentes.

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Me he despertado antes debido a la alarma; sin embargo, él se encuentra plácidamente dormido, relajado y en paz.

Sus ojos estan agrupados por dos grandes ojeras debido a que hace semanas las recaídas han sido más fuertes y en los viajes se le dificulta respira y caminar mucho, se cansa con facilidad, y perdió una cantidad de peso terrorífica.

Verlo así me parte el alma, aunque sé que pasaría pronto; se que cual es el propósito de este tour, pero verlo así me destruye.

Hay veces que lloro a escondidas, ya sea en el baño cuando está durmiendo o en cualquier otro lado, solo no quiero darle otra carga para llevar; no obstante, él me ha encontrado por muchas ocasiones y me duele mucho no darle el total apoyo que se merece.

Llorar muchas veces es la manera de liberarnos del dolor que sentimos y aunque muchos lo vean como símbolo de debilidad yo lo veo como fortaleza porque después de llorar, me renuevo.

Siempre oró a Dios entre lágrimas y solo las personas que han pasado por proceso de esta magnitud lo entenderán, se que Dios hace como le place, pero uno es humano y la carne es débil.

Le dije que volvamos a Corea porque de nada sirve viajar y no disfrutar el viaje, además llevamos tres meses en esto, y no hemos realizado el tour como fue previsto por su condición porque no quiero forzarlo mucho y si por mi es lo dejará descansar todo el día, pero él es muy terco a veces.

En este tiempo solo hemos viajado a Israel, Roma-italia y a Rusia, que es donde estamos actualmente, y se supone duraríamos dos semanas en cada país, pero las cosas se complicaron como le acabo de contar.

Tome una bocada de aire y pase mis dedos sobre las bolsas negras bajos sus ojos, de ahí fui a sus cejas bajando por sus mejillas e iba a pasarlos por sus labios, pero me detuve.

Lo mire triste con los ojos cristalinos y retomé lo que había empezado después de un minuto; sus labios estan medio abiertos, así que se me hizo más fácil pasar mis dedos pulgares sobre ellos, pero, el tacto lo desperto y sus pequeños ojos, hinchados por dormir, me miraron fijamente.

—Buenos días —le di una de mis mejores sonrisas.

—¿Estuviste llorando otra vez? —su voz sonó ronca y muy profunda—. Lo siento.. —pasó su pulgar por uno de mis ojos.

—No tienes que disculparte, muchas veces lloramos cuando hablamos con Dios —lo abracé con muchas ganas de llorar.

—No me gusta verte así.. —me abrazó mas a su cuerpo.

—Tranquilo, todo está bien, todo va a salir bien —mi voz se quebró sin proponermelo.

Quizás todo no va a salir bien, pero necesitamos muchas veces ese "todo va a estar bien y todo va a salir bien" en nuestras vidas para tomar impulso y seguir a delante.

—¿Que quieres de desayunar? —me preguntó después de estar un rato abrazados, consolandonos.

—Algo rico no estaría mal —le di una sonrisa débil.

—¿Que haga ramen dices? —me dió una sonrisa mas animada que la mía.

—Pues se fue —subí y bajé mis cejas de forma divertida para dejarle en claro que estoy bien, cosa que no es del todo verdad, pero no debo preocuparle.

Nos bañamos y nos pusimos ropa, después de eso fuimos a la cocina a dejar nuestra huella en ella, e hicimos ramen.

—¿Ya consideraste lo hablado? —la pregunta salió cautelosa.

—Si.. —confirmo y procedí a ayudarle para poner la mesa.

—¿Entonces eso es? —insistí para que me diga su respuesta.

AMOR SUFRIDO. {Resubida} ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora