14) Comida.

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—¿Que es tan gracioso? —interrogó.

Su tono de "yo si y tú no" hizo que me sobresalté y suelte el cuchillo que estaba usando para cortar las papas para la ensalada.

—¿Eh? —pregunté fingiendo demencia, esa siempre funcion..

—¿Qué es tan gracioso? —indagó esta vez subiendo su ceja derecha, dándole un aire más intimidante, cosa que no me hace efecto.

—Pues, que la señora Eva le diga a usted "señorito" —trate de aguantar la risa.

Mire el techo de la cocina oprimiendo mis labios, pero cuando mi mirada cayó en él tragué duro al ver su cara que dice advertencia pura, así que volví a ponerme hacer mi ensalada rusa.

—Ja —intento buscarle la gracia a eso—. ¿Así que.. eso le hace gracia? —esta vez me miró con la ceja esa pa'a arriba, dejando en claro su molestia hacía mí, así que no perdí el momento.

—Si, me da mucha gracia —afirme muy sincera—. Es que no me cabe en la cabeza como un hombre de casi treinta años le pide a su nana que le diga señorito, eso es nuevo para mí, así que..

—Silencio —me mandó a callar—. Ni una palabra más —con eso salió de la cocina.

—Ups, ya se enojo —mire la salida con asombro.

No fue mi intención, solo le dije lo que pienso. ¿Acaso es malo? Tendré que sujetar está lengua porque a estado haciendo alboroto desde qué llegue a Corea.

Terminé de hacer la Comida, la cual es: moro de guandules, carne de pollo guisada, ensalada rusa y jugo de limón.

Yo puse la mesa para tres personas, y espere hasta que bajan a comer. Aquí los sirvientes come aparte, pero Eva es una excepción, ya que él la considera una madre.

—Pon otro plato —me le quede mirando como si esta mal del caco, ¿No somos tres? Para que otro plato. Suspiró de cansancio—. Hay una persona más, por favor, pon el otro plato.

Y así lo hice, la otra persona es el chófer, no sabía que él comía aquí, ni mucho menos sabía que ¡Vive aquí! prácticamente viven aquí él y Eva.

De hecho me di cuenta que es hijo de Eva y mejor amigo de Kam, ahora todo tiene sentido. ¡Que vergüenza!

La comida pasó de lo más tranquila, aunque no faltaron una que otras miradas hacia mi de parte de kam, ¿Por qué me mira así ahora? ¡Que hice mal!

—Uhm, nunca había comido algo parecido, está muy delicioso —habló con la boca llena de comida y felicidad, luego se percató de la mirada de su madre, Eva.

Si, tienen un gran parecido, pero no me había puesto a pensar que eran madre e hijo. Ella es chiquita y regordeta. Cabellera castaña y larga. Ojos azules y piel blanca. El es igualito a ella, a excepción de su cabellera rubia, pero después sus ojos, su tamaño, bueno.. su tamaño no tanto, y el color de piel, son iguales al de su madre.

—No estoy diciendo que tú comida es mala mamá, es deliciosa, solo que es la primera vez que como algo del sabor dominicano —confesó para enfriarse con Eva. Me reír de su falta captando así las miradas todos.

—¿Qué? —me da escalofríos que me miren tantos ojos y que no digan nada.

—¿Donde aprendiste a cocinar? —la pregunta de Kam me tomo por sorpresa.. ¿Que pregunta es esta? Obvio que en mi casa.

—Obviamente en mi casa —contesté con obviedad—. Cuando vives con tu prima y un tío que no sabe cocinar haces muchas cosas —comencé a recoger los trastes de la mesa.

AMOR SUFRIDO. {Resubida} ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora