8) Disculpa.

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Después de lo que pasó, Leonor se enojó conmigo y no me ha hablado desde entonces y han pasado tres días ¡Tres gloriosos días! Y ella no me quiere hablar, no hasta que me disculpé con él, y si lo he intentado, pero él cada vez que me ve trata de esquivarme.

He estado orando para que Dios me diga que hacer; sin embargo, solo hay silencio de su parte y me siento pésima porque no debí tratarlo así, ¿Pero que podía hacer? Decirle "¡Oye!, ¿Quieres orar conmigo? Es que creo me gustas y quiero que seas mi futuro espo.. bla bla bla", aunque pensándolo bien, eso habría sido mejor.

—Leon..

Hizo una seña de que me acerque y lo hice, ella está mirando para afuera por la ventana de la cocina.

—Mira, ¿Adónde crees que irá a esta hora? —preguntó intrigada.

—Yo que se, Leonor..

Supongo que va a trabajar, pero no puedo decirle eso a Leonor, me haría ir hasta allá a disculparme y no es que no quiera, pero si el no quiere verme, ¿Que hago?

—Vamos —dijo decidida.

—¿A dónde? —interrogue desorientada, ya que ella dejo la cena a mitad para ir por las llaves del auto que ha rentado.

—Solo mueve ese trasero hasta aquí, ¡Ahora! —exigió.

Pues no puedo hacer más ¿No? Se trata de Leonor señores y señoras, la que te deja tuerta con solo un golpe por no hacer lo que ella dice, y como quiero mis dos ojos buenos pues aquí estamos en el carro, siguiendo a Joon-gi.

Nunca me imaginé que ella haría esto, ¿Estamos hablando de la misma Leonor? La que yo conozco no cambia la comida por nada y que deje la cena a mitad solo por seguir a Joon-gi, para que me disculpé, es un milagro y creo que lloverá.

Llegamos al estacionamiento de una clínica pequeña, y lo vimos bajar, nosotras no nos quedamos atrás y también bajamos.

Él entró a un ascensor, pero este es para personal autorizado, así que cogimos las escaleras para subir al segundo piso y llegamos bien, bueno.. Leonor llegó casi muriéndose por falta de aire, y sigo pensando que necesita más el ejercicio que yo.

Ya el ha salido del ascensor y por lo qué veo, firmó y todo, así que aquí estamos, en recepción para preguntar por el.

—Hola, buenas noches. ¿Se encuentra el doctor Kim? —interrogó de lo más casual, como que no es la que se estaba muriendo por oxígeno hace poco.

—El doctor Kim esta, pero está en consulta, ¿Tienen alguna cita con él? —nos miró como si le aburre el estar hablando con nosotras, y esta bien que vamos todas despeinadas y con ropa de diario, ¡Pero vamos!

—Oh.. no, de hecho esta es su novia —me señaló cosa que hizo que mi cara se deforme por su atrevimiento, ¿Como se atreve?

—¿Usted es la señorita Do? —parece sorprendida.

—Si, esa misma, ella vino a traerle algo que el dejo en casa —siguió mintiendo descaradamente.

Trate de hacerle seña de que deje las cosas así, pero no, ella quiere que me disculpé haciendo caso omiso a mis señas y no se quién esa tal "Do", pero eso me quitó la gana de disculparme.

—Oh, ¿Es en serio que volvieron? —se dirigió a mi, no se qué hacer.

—Oh. De hecho no sé si eso es cierto, pero yo no soy la señorita Do, soy Sarah, su amiga y vine a traerle algo que dejó en su casa —Dios perdoname.

Saque la funda que traigo arrastro que contenían las donas que compramos para cenar porque teneíamos hambre, cosa que hizo que lo perdiéramos de vista, suerte que el semáforo que había más adelante estaba en rojo.

AMOR SUFRIDO. {Resubida} ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora