AMOR SUFRIDO. {Resubida} ©️

19) Dominicana.

—¡¿Acaso no es obvio?! —gritó en respuesta—. Para que dejaras de gritar como una loca, pero no, la señorita aquí debía de tirarme el cereal en la cara e incluir una patada de regalo —me miró con recelo.

—No fue mi intención, ¿Ok? Solo fue defensa propia, mijo —me justifique mientras me miró las uñas.

Si exageré un poco, pero es que soy miedosa de nacimiento, ¿Que puedo hacer?

Cogí otro cereal y subí a la habitación con la poca dignidad que me queda.

¡Que verguenza! Ahora el pobre no podrá tener hijos por mi culpa ¡Me siento culpable! No, no debería sentirme así, el fue quien entró sin encender las luces no fue mi culpa.

Me comí todo el cereal, tenía un hambre crónica, y baje por un vaso de leche y está vez si encendí las luces, y no había nadie; subí, y me puse arreglar mis maletas porque mañana viajo a dominicana porque necesito ver a Peter, ya que no he podido hablar con él desde aquella vez.

Termine más rápido que nunca, me puse a orar de una y después me tiré a dormir.

🔮🔮🔮

Después de un viaje de aproximadamente diecisiete horas, por fin estoy en mi casa, acostada en mi cama en dominicana.

Solo estoy de paso, así que ni siquiera abrí las maletas porque mañana me voy si Dios quiere, solo estoy aquí para saber de la salud de mis padres y de Peter.

Todos estarán allá, así que me será mas acomodo saber de ellos. Leonor está en casa de Peter, por lo que no se encuentra aquí está noche y por lo que posiblemente no dormirá aquí tampoco.

Me dispuse a dormir despues de cenar algo y las horas se fueron mas rápido que inmediatamente, que cuando desperté ya eran las seis de la mañana.

Me puse en pie, me bañé, desayune, y hasta leí la biblia y ore, todo porque quiero salir lo más temprano al aeropuerto.

Estoy cansada y me siento bastante abatida, pero no puedo quedarme. Todo es un sacrificio en esta vida, y el vuelo sale hoy a las diez de la mañana.

Me vestí lo más cómodo posible, y me puse un vestido camisero color blanco con un cinturón ancho; negro, unos tacones tacos finos, negros y esta vez sin maquillaje, que bien se siente. Tome mi bolso de mano, negro y mi celular.

Llamé a un Uber porque es más fácil y rápido para mí qué ir en guagua pública debido a la hora. El llegó un rato después, así que salí y me subí al vehículo.

—¿Puedes llevarme a esta clínica, por favor? —pregunté, aunque es obvio, ¿Por qué sino para que trabaja como taxi? O uber, ¡Ay! Lo que sea.

—Claro, En unas horas estaremos allá —dicho aquello comenzó el recorrido hacia la clínica.

Hace meses que no piso mi país y que lo haga por una situación como está no me gusta para nada.

Duramos aproximadamente dos hora para llegar, y cuando lo hicimos pagué y entre, ya en recepción llamé a Leonor.

—¿Aló, Leonor?

—No es ella, soy Ángel —dijo el susodicho—, ella no puede atender la llamada, por eso estoy al teléfono.

—Oh, que bien que eres tú —suspiré porque el puede darme mejor la dirección que Leonor, o eso creo—. ¿Puedes decirme en qué piso se encuentran? Por favor.

—Estamos.. este.. en la habitación cuatro del segundo piso —me dio la dirección no tan seguro de donde está. No puede negar que es novio, y futuro esposo de Leonor.