39) Día lluvioso.

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Lo hale y salimos corriendo cuesta abajo, riéndonos bajo la lluvia sin remedio mientras está cae con fuerza sobre nuestros cuerpos y se siente tan bien, tan refrescante como una medicina de buen sabor, pero de esas que son temporales.

Bajamos la baja'a del lago y fuimos directamente hacia este saltando y cayendo bajo el agua, es profunda y esta fría, pero eso la hace sentir de lo mejor.

Subimos a la superficie y nos quedamos frente a frente, riéndonos de tremendo salto con la visión dificultada por el agua, pero eso no nos quitó lo hermoso del momento.

Y como estamos a dos metros uno del otro nade hasta estar a poca distancia de él, y su mirada rápidamente se conectó con la mía, haciéndome sonreír porque su mirada ya no se ve tan insegura y vacía, ahora tiene un poquito de felicidad.

—¿Sabes? —me aferré a su cuello—, Es la segunda vez que te lo digo, pero... estaré aquí para ti aunque no sea de mucha ayuda, por lo que espero pueda confiar en mí; sea cual sea la decisión que tomes, te apoyaré y haré mi mayor esfuerzo para ayudarte con ella..

Estamos muy cerca, tanto que nuestras respiraciones se chocan entre si debido al nivel del agua, ya que gracias a está pudimos estar a la misma altura.

Él bajó su mirada a mis labios e intento aprovechar el momento para besarme, pero se lo impedí poniendo mi mejilla en su lugar, para que sus labios queden allí y no le quedó de otra que reírse apenado.

—Lo siento, me deje llevar por el momento, y espero no pienses que intenté aprovecharme de ti —sus mejillas cogieron un fuerte color rojo.

—Es entendible que sientas eso, todo los sentimos, se te perdona —el se rasco la nuca, apenado, para luego separarse de mi y echar su cabello para atrás ya que le tapan la vista—. Tu defensa está débil, debemos volver —le hice saber.

—Tienes razón —dijo esquivando mi mirada, apenado por lo ocurrido, ¡Tan lindo!

Nadamos hasta la orilla y salimos del lago para miramos el uno al otro y pensar en la misma cosa, ¿Y ahora como subiremos al auto mojados?

Le sugerí que deje el Jeep y que nos vayamos a pie para después venir secos cuando la lluvia acampe y así llevarlo de regreso, pero se negó.

—¿Entonces que sugiere? —interrogue subiendo un poco la voz por la lluvia.

—Ya pensaré el algo —me dijo del mismo modo.

Empezamos a subir y cuando estuvimos arriba él buscó mi sombrilla y luego saco otra para él, pero no tiene caso porque estamos mojados.

Abrió su sombrilla y con ella fue a la parte de atrás del Jeep y volvió después de un rato con dos mantas. Abrió la puerta del copiloto y tiró una adentro para poder ponerme la otra, cuando lo hizo me hizo subir para el hacer lo mismo consigo mismo.

Cuando ya estuvimos sentados prendió el jeep y después de unos minutos prendió la calefacción y se siente bien, mucho más que antes. Él puso el auto en marcha, y llegamos bastante rápido porque estábamos en el parque.

Me acurruqué en mi asiento y me tape la cara por el frío que siento al estar mojada, aunque la calefacción está haciendo de la suya y al estar tapada no pase desapercibido que la manta huele mucho a él, a su perfume..

—¿Que hacemos ahora?

Solté una risita por lo que acabamos de hacer, fue como botar el golpe de la mala noticia de horita; no obstante, ella sigue martillado y lastimando en lo más profundo de nuestros ser.

—Nos quedaremos un rato aquí —murmuró un poco pensativo.

Supongo no quiere hablar a fondo de eso con su familia todavía y lo entiendo, ademas un rato no le hace daño a nadie porque apenas son las diez y treinta y uno de la mañana, así que me acomodé en el asiento aún mas y el sueño empezó a pasar factura.

AMOR SUFRIDO. {Resubida} ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora