parte 66

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Son ocho las semanas que han pasado desde que Aron y su hermana no se ven.

Luna no da avances y el único que la verdad la puede ver además de Aron es su hermano, a quien reconoce ya que cada vez que lo ve lo lástima con todo lo que más puede respecto a Sophia, porque ella les echa la culpa de haber estado en el infinito tanto tiempo, aunque ella no está consiente de sus actos, es un reflejo generado por las centenas de demonios que lleva dentro, por lo que por supuesto que no es ella misma la que actúa de esos modos, no es su esencia, reconoce a Thomás.

Él lo nota en sus ojos, hasta incluso han podido hablar levemente dentro de sus mentes, pero son muy leves los segundos que ella mantiene la cordura, por lo que ese es el motivo por el cuál su alma gemela no se da por vencido, ella está allí, pero no va a dejar que se de por vencida y que esos demonios se sigan adueñando de su cuerpo y mente...

Aron sabe que Luna es fuerte, que ella va a poder vencerlos uno a uno, que los expulsará y reconocerá quienes están allí para ella, apoyándola desde el día uno.

Thomás vuelve cada noche más desganado que nunca, ya que ayudar a Aron y a su hermana le demanda muchísima energía, ya de por si tiene que proteger a la rubia de que no sienta los daños que luna le genera a él cuándo comienza a atacarlo sin escrúpulos ni pena, y luego está esa lucha interna con cada uno de esos cien demonios que lleva dentro y la hacen padecer su vida segundo a segundo,

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—¿¡Qué haces acá?!— Exclama alzando su mano y torciendo todos los órganos de su hermano, quien se ríe con una sonrisa ladeada de costado.

Relame sus labios y niega con la cabeza divertido, mientras que hace que ella se lleve sus manos a la cabeza agachándose del dolor.

—Te faltan más de doscientos siglos para intentar luchar conmigo... Sólo me haces cosquillas con lo que estás intentando hacer, Luna...— Se burla rodeando los ojos.

—¡Quizás tu querida reina no piense eso de sus heridas!— Lo mira desde el suelo con su respiración agitada y su mirada llena de odio.

Golpea el suelo y maldice no pudiendo herir a su hermano...

THomas alza su barbilla mirándola con repulsión por lo que acaba de decir.

—¡Ella tan bien es tu reina y le debes respeto, pero no te preocupes que no la estas dañando, se muy bien como cuidar a mi pareja, cosa que vos claramente no tenes idea!— Sonríe de costado saliendose con su merecido.

—¡Te podes ir por donde viniste, Thomas!— Escupe con recelo y dolor.

—Y si te preguntas que hago acá es para ayudarte.— Se sienta frente a ella y deja de torturarla.

Ignorando el echo de que se haya atrevido a mencionar a Sophia solo para sacarlo de su eje...

—¡¡Nadie pidió tu maldita ayuda, Thomas, nadie!!— Traga saliva y mantiene la mirada en el con recelo pero suelta el aire conteniendo y cierra los ojos por unos instantes para recuperarse del dolor que Thomás le acaba de hacer pasar...

—Yo creo que vos la estás pidiendo a gritos... es demasiado fácil leerte, ¡Y ni hablar de hecho de que sos mi hermana de sangre y conozco cada acción de tu cuerpo y mente pequeña estúpida!— Frunce sus labios desinteresado.

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