Parte 42

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#SI LES GUSTA LA HISTORIA, LES VOY A PEDIR SI LO PUEDEN PONER EN LOS GRUPOS DE FACEBOOK DE WATTPAD PARA QUE LLEGUE A MÁS PERSONAS.#

—¿Que pasa?— Atiende su teléfono mientras que se dirige hacia el balcón terraza.

Sophia aún yace a un lado en la cama.

—No me interesa, ocúpate, para algo te pago como para que molestes a otro con tus estúpidas preguntas.— Traga saliva molesto.

Lo que menos le interesa son los problemas de oficina, corta la llamada y mira su celular.

—¡Malditos humanos inoperantes!— Sisea generando que el cielo sea un completo desastre.

T

eclea el número de alex, uno de los demonios que ocupan el servicio de seguridad de los galpones que tiene para su negocio ilegal, mientras que lleva su mirada hacía ella para corroborar que todavía siga dormida.

—Buenos días jefe.— Su tono es formal y correcto.

Thomás siente ese mismo dolor en su pecho cuando Sophia la otra noche comenzó a sentirse mal.

—Necesito que te ocupes de algo.— Demanda sin quitarle la vista de ella.

—¿En que puedo ayudarlo?— Pregunta.

Él lleva una mano a su pecho y calma su dolor, junto con él de ella, quién aún reposa en calma y tranquilidad...

Toma una bocanada de aire para poder controlar su pulso y vuelve a carraspear para retomar la llamada.

—Llegara un grupo de ángeles para que entrenes, lo que quiero que hagan es fácil... Pasar las pruebas que solemos manejar y que le des algunas indicaciones de como me gusta que trabaje la gente para mí.— Chasquea la lengua y se mueve de lado a lado disfrutando del frío paisaje.

Aunque su mente también está vagando por el dolor en el pecho.

—Entiendo, sigo sus órdenes.— Responde tomando nota.

—Quiero que recluten gente que haya pecado, quiero que les enseñen el ofició y los obliguen a realizarlo hasta que ellos supliquen por su libertad, no vamos a tener piedad por nadie... Nadie va a tener perdón y quiero que los ángeles tengan eso en claro...— Sonríe de costado.

No hay nada más que disfrute del sufrimiento del otro, y por supuesto de castigarlos...

—En cuánto tenga a los reclutados se los hago conocer jefe... Quédese tranquilo que vamos a seguir sus ordenes al pie de la letra.— Asegura.

Thomas corta la llamada y guarda su teléfono en sus pantalones sin preocuparse en responder porque sabe perfectamente que van a cumplir a raja tabla sus órdenes ya que nadie quiere un castigo por mano propia del mismo Thomás.

Cierra las puertas tras de él volviéndose a meter en su habitación, chasquea sus dedos y el desayuno aparece al borde de la cama con los dos vasos de jugo exprimidos tambaleándose levemente.

—Princesita...— Susurra sin poder dejar de observarla...

Se acerca a Sophia y acaricia su mejilla mirándola pensativo, su mandíbula se mantiene angulosa y apretada, ella se remueve tapándose aún más con el edredón negro.

—Supongo que aun necesitas descansar un poco más.— Se sienta al borde de la cama y suspira con sus ojos dilatados... 

Se toma sus minutos para seguir analizando cada parte de ella, un esbozo de sonrisa aparece en su rostro, el cuál rápidamente desaparece por miedo a parecer débil...

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