parte 38

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—Thomas...— Murmura con sus labios temblorosos.

—¿Uhmm?— Sonríe malicioso llevando sus manos a las caderas de ella para comenzar a acariciar su piel...

—No lo hagas por favor...— Lo mira con suplica en sus ojos, él ladea su sonrisa de costado y la mira divertido.

—¿Otra vez con eso, princesita? No finjas que no lo deseas tanto como yo...— Sonríe acariciando su mejilla para volverla aún más inestable...

Eso es indistinto, Thomas.— Un susurro sale de sus labios rosados.

—Ya es tarde, princesa.— Finge un puchero y sus ojos brillan.

—Yo...— Toma aire y lo mira asustada.

Ella tiene la misma necesidad de él qué hacerlo, es por eso que tiene tanto miedo, no puede permitirse disfrutar de algo que sabe que luego va a lamentar.

—No es algo que se pueda evitar, princesa.— Le habla con burla y le enseña su marca.

Ella jadea cuando su miembro vuelve a estar en su entrada moviéndose una y otra vez, desesperado por estar dentro de ella por completo

—Lo estás haciendo para castigarme. ¡¡No porque lo queres!!— Ahoga un gemido apretando sus labios, eso le da la pauta a Thomas de que está por demás desesperada tanto como él...

—En absoluto... Incluso si fuera un castigo, no sería una muy bueno, porque por lo que veo lo estás disfrutando.— Muerde su labio inferior haciendo jadear a Sophia.

—No...— Miente aguantando la sed que tiene de su sangre.

—Estamos destinados, pero eso ya lo sabías, amor...— Hace una leve mueca con su rosto burlándose de ella.

Sophia suspira y apoya sus manos sobre su pecho desnudo y tonificado, muerde su labio y cierra sus ojos al sentir toda su entrepierna húmeda, se odia por no poder ser más fuerte que él y frenarlo, y sabe que él está atento a todos sus pensamientos y eso es lo que más le perturba.

—Te odio...— Unas lágrimas salen por sus mejillas.

Él tensa su mandíbula y la mira llevando sus manos a su cuello, mientras que su otra mano aprieta su cadera dejando grandes marcas allí, ella suelta un jadeo y una mueca de dolor se implanta en su rostro...

—No lo creo.— Ante esas palabras frunce el ceño y acerca su boca a su cuello, lame el lóbulo de su oreja y sonríe contra su piel.

—Si lo hago...— Jadea en su piel

—No me odias, princesa, vas a amar esto tanto como yo...— Asegura.

Ella no se percata de lo que él acaba de admitir, tiene su mente concentrada en el dolor que el le está generando y a la vez en las sensaciones de placer...

—Thomas...— Entrecierra sus ojos al sentir las vibraciones de su cuerpo ir a juego con él.

 —¡¡No vuelvas jamas a interrumpirme, espero que esto te haga aprender la lección!!— Sonríe y lame la zona a morder en su cuello.

Sus colmillos se clavan en su blanca piel, mientras que sus ojos se ponen completamente rojos, su pene bombea contra la entrada de ella aun sin ingresar.

—"Mierda..."— Siente su voz retumbar en su mente.

Se ve obligada a cerrar los ojos, ya el dolor se fue, aprieta sus finos dedos en su pecho, aun mira con odio y recelo las marcas que el morocho tiene en su piel.

No está celosa, pero esas marcas la lastimaron a ella, y esta segura que todo demonio que se acuesta con él sabe y quieren hacerla sufrir a ella...

—"Esto no significa nada."— Le hace saber para dañarlo.

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