Un Thomás mojado de pies a cabeza tirando las llaves de su auto en la mesa de la entrada se presenta ante ellos, y no hay que ser un genio para saber que se encuentra claramente frustrado... Y por sobre todas las cosas, enojado...
Se quita su campera gris de algodón, dejándola tirada sobre el sillón a un lado de la rubia, quién se estremece ante ese gesto.
Sin embargo, ella no hace ni una sola mueca al respecto y no dice ni siquiera ni una sola palabra.
—¿¡Qué carajos?!— Se queja frunciendo el entrecejo mirando a los dos, sobre todo clava su mirada en los ojos de la rubia.
Es Aron el qué le llama la atención a su amigo, subiendo sus manos antes de que diga algo imprudente.
Quería mantener la calma entre los tres, y si tenía que enfrentarse a su mejor amigo para que eso funcionará lo iba a hacer.
—¡¡Ella esta bien, Thomas!!— Insiste suspirando y lo regaña negando con la cabeza.
A lo qué Thomas le regala una mirada de frustración. —¡¡Dudo que sepas lo que significa estar bien!!— Sisea apretando sus manos.
Aron traga saliva negando para que se tranquilice un poco, porque eso solo hará poner peor a la rubia. —Thomas...— Murmura moviendo su cabeza a un costado.
La mira frustrado, mientras que pasa ambas manos por su cabello, observando a los dos.
Clavando su mirada al final en el castaño por ser tan ciego y no haberse dado cuenta de lo que él le quiere decir ahora mismo.
—¡No quieras intentar que me calmé cuando sabes que no lo voy a hacer!— Exclama de muy mala manera.
Su amigo, sin embargo, sube sus brazos y lo mira realmente sin comprender porque se está tomando las cosas de aquella manera.
—¡Solo intento llevar la fiesta en paz, Sophia paso por mucho cómo para que vengas de mal humor, no fue su culpa!— Le recrimina elevando también un poco el tono de voz.
Thomas relame sus labios y niega con la cabeza, no pudiendo creer que tenga que andar explicándole absolutamente todo cómo si él no se hubiera dado cuenta de las cosas, y es por eso que realmente le preocupa el hecho de no poder dejar Aaron a cargo de la rubia.
Porque justamente ahora le esta demostrando que no era capaz de velar por su protección.
—¡¡¡Está sangrando carajo. ¿No te das cuenta?!!!— Su voz ronca se escucha enojada.
Es justo cuándo dice esas palabras que la rubia cierra sus ojos con fuerza, maldiciendosé por dentro al saber de que no iba a pasar mucho tiempo más desapercibida ante los ojos del morocho.
Lo primero que hace es desviar la vista que su hermano le regala de manera reprobatoria para bajar sus ojos hacia sus zapatos.
Aron parpadea, mientras que le da un pequeño vistazo a su hermana, una vez más, y luego mira al morocho.
—¿Que?— Cuestiona incrédulo.
Thomas niega suspirando. —¡Lo que te estoy diciendo, Aron, ella está sangrando, y ni siquiera te diste cuenta!— Se queja siseando y apretando sus puños.
—¡Carajos!—!Suspira pasando ambas manos por su rostro.
Thomas relame sus labios negando y maldiciendo. —¡¡No la cuidaste tan bien cómo me aseguraste!!— Brama. —¡¡No era tan difícil!!— Se queja .
La mira con su mandíbula tiesa.
Sus ojeras eran notables desde kilómetros y no podía creer por nada del mundo que su hermano no se hubiera dado cuenta de cómo se encontraba ella.

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DESTERRADOS
FantasíaDos almas gemelas que no quieren estar juntas, compartiendo un destierro desde hace más de cincuenta años. Un amor inevitable que se hace cada vez más imposible con el correr de los años. El diablo enamorado de su ángel. Y su ángel asustada por su a...