parte 39

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Luego de que él se saliera primero del baño para ir por algo de ropa a su gran placard, ella se apoya sobre la pared mirándose al espejo, lleva una toalla atada al rededor de su cuerpo, su pelo ya cepillado tiene aun algunas gotas en las puntas, cuando escucha la puerta de la habitación abrirse y cerrarse toma esa ventaja para salir e ir por algo de ropa a su habitación.

Suspira con tranquilidad cuando no lo ve en la habitación, toma un buzo canguro con capucha en color gris, y se coloca unos short de los que usa cuando va al gimnasio, como estará dentro de la casa no necesita vestirse tan abrigada, se coloca su ropa interior y unas medias soquetes para no tener frió en los pies al andar descalza.

Busca su celular y lo encuentra sobre su cama junto a su mono y campera de cuero que uso para el evento, rueda los ojos y piensa en lo estúpido que es Thomas por haberle devuelto sus cosas, rotas por supuesto, gracias a él.

 —¡Genial, desperdiciemos cosas!— Eso le genera más ganas de ignorarlo.

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¡¿Supuse que querías estar con ella no?!— Pregunta.

El morocho asiente cuando la madre de Sophia le permite el acceso a la puerta y se encuentra con la bebé recién cambiada y sonriéndole al Techo...

—Dormirá conmigo hoy.— Demanda apretando su mandíbula.

—Entonces te voy a preparar una mochila para que puedas tener todo indispensable.— Acota.

Él la frena con delicadeza y la mira a los ojos mientras que se dirige a buscar a su alma gemela.

—Sólo voy a necesitar la comida el resto ya tengo todo.— Explica calmado.

La madre  de la rubia no se sorprende para nada, conocía a Thomas a la perfección y él había estado en cada ecografia y en cada visita medica correspondiente para chequear la salud de su alma gemela.

—Perfecto.— Asegura mirando a un Thomas que ya no le da importancia a ella.

Sonriendole solamente a ella y dejando que la pequeña bebé toque su rostro a su antojo cuando la alza contra su pecho.

—Puedo esperar, no tengo prisa.— Responde sin mirarla.

—Espérame un momento por favor.— Anuncia.

La madre de Sophia, siempre fue muy correcta y cordial con Thomas y es por eso que él le dio la posibilidad de que viva al menos dos años más cuando tendría que haber fallecido ya en su nacimiento...

Pero no es educada y correcta con él porque le tiene miedo por temor o por favor simplemente, lo hace porque sabe los sentimientos correctos que el morocho tiene por su hija y es la única que tiene permitido ver junto con su hijo Aarón como él se comporta cuando está a solas con Sophia.

—Hola, princesita.— Susurra.

Ella suelta un grito irreconocible y mueve sus manos hacia sus ojos con una enorme sonrisa.

Sonrisa que se le contagia a su alma gemela inmediatamente...

—Te extrañaba...— Admite besando su frente con mucho cuidado ejercer mucha presión y para no dañarla.

Se ve tan pequeña que le aterra.

Su madre sonríe ante la escena tomando por sorpresa al morocho al ingresar nuevamente a la habitación.

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