parte 52

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Thomas se arma de valor tomando aire para luego con sus manos cruzadas sobre su pecho aparecer por la puerta corrediza que da al parque...

—Sophia.— La llama.

La susodicha seda levemente vuelta para mirarlo.

—¡¿Pasó algo!?— Pregunta paulatinamente volviendo su vista al frente.

—Yo venía a ver cómo estabas y sí ¿Pudiste pensar algo?— Se muestra inquieto.

Ella traga saliva cuándo él se sienta a su lado sobre el deck mojado.

Thomas chasquea los dedos y una fogata para nada simple aparece frente a ellos, claramente la rubia lo agradece, pero lo hace por dentro, no tiene ganas de hablar con él y cada vez que lo termina haciendo discuten y todo se va de lado.

—Cuando hablaba de tiempo me refería el tiempo que fuera necesario para acomodar mis ideas... No se cuanto se demore en hacer eso mi cuerpo y cerebro.— Explica intentando no sonar tan brusca.

Pero le genera curiosidad el hecho de que él se presente tan solo luego de unas horas a buscar respuestas... Además de que obviamente le parece muy poco el tiempo que le dio para pensar.

—Uhmmm.— Pasa una mano por su nuca nervioso.

—¿Si?— Lo mira levemente.

Pareciera que lo hace apropósito, pero las intenciones Thomás son todo lo contrario.

Pero quiere pensar que su pregunta es sincera y que no lo está haciendo a propósito sino que la personalidad de él lo lleva hacer ácido ansioso y de no estar acostumbrado a esperar a que alguien le dé una respuesta sabiendo perfectamente la vida que lleva y de como todos le rinden tributo y acatan sus órdenes en menos de un parpadeo, pero por supuesto con Sophia las cosas siempre son diferentes y a veces un poco difíciles y es por eso que a él eso lo pone tan nervioso y por sobre todas las cosas ansioso.

—Quizás se mal interpretó mi pregunta.— Carraspea incómodo...

—Quizás.— Murmura.

—Quería saber si estabas bien.— Aprieta sus labios.

Sophia bufa y lo mira aún con su gato entre sus manos, no quiere que las palabras salgan de modo grosero de sus labios, por eso se toma el tiempo necesario para pensarlas lentamente.

Esos minutos en las que se encuentra pensando su respuesta para Thomás son una locura, incluso comienza a morder su labio inferior y tintinear su pierna derecha esperando una respuesta, ella alza sus cejas algo sorprendida por su actitud.

—Borras mis recuerdos y a la semana me decís exactamente lo que borraste de ellos porque no soportas más tu situación... Te sentís vacío desde que hiciste eso, por eso simplemente me devolviste mis recuerdos de aquél día... Por lo que pareciera más, y discúlpame que te lo diga de esta manera, que lo hiciste por tu propio bienestar y para poder quitar ese dolor de tu pecho de una manera egoísta como soles actuar solamente pensando en vos más que por devolverme mis recuerdos en un acto sincero.— Parpadea tomándose todo su tiempo para pensar lo que le está diciendo.

—Yo... Creí que estaba haciendo lo correcto al ser sincero con vos, se que me demore... pero...— Traga saliva.

Sophia lo frena alzando su mano para que deje de hablar de una vez por todas.

El morocho guarda silencio y traga saliva sintiéndose indefenso ante ella.

—Y ahora me preguntas si lo pensé...— Se ríe y niega con la cabeza.

Se maldice por dentro por sonar bastante ruda, pero no puede evitar que las palabras salgan así de sus labios. ¡Ella también que por supuesto tiene derecho a estar enojada y por sobre todas las cosas dolida, si él no lo entiende es un problema de él!.

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