DESTERRADOS

Parte 8

Para Sophia: —"¿No pensas cenar nada?¿Estás haciendo huelga de hambre o algo?"— Ella rueda los ojos.

Deja el libro de Isabell allende a un lado de la cama que ocupaba momentáneamente al escuchar el sonido destinado para los mensajes de texto de su hermano.

Para Aron: —"Créeme que tu amigo me alimento bien el día de hoy."— Él suelta una carcajada casi escupiendo la cerveza que estaba bebiendo.

Thomás levanta la mirada alzando sus ceja investigando en que estaba entretenido su amigo.

Rápidamente tensa su mandíbula al darse cuenta de que estaba hablando con la rubia.

Eso lo ponía entre nervioso y molesto.

Para Sophia: —"De seguro te gusto, estaba pensando en que podrías devolverle el favor"— Ella hace una mueca con su rostro demostrando disgusto al leer tal comentario.

Para Aron: —"¡¡Quiero no haber leído eso realmente!! Estoy enojada, y no quiero verle su estúpida cara tatuada"— Aron vuelve a negar con la cabeza.

Thomás traga saliva endureciendo sus músculos a su lado, sabiendo perfectamente lo que ella decía y pensaba.

Para Sophia: —"Necesito que te calmes un poco, se que esto es prácticamente volver a empezar. Pero no te das una idea de lo feliz que me pone tenerte bajo el mismo techo al menos por un tiempo, cuanto más lo pienses más difícil va a ser, no le des tanta vuelta."— Eso fue un golpe bajo, que ablandó el corazón de la rubia logrando una sonrisa en su pálido rostro.

Para Aron: —"Necesito tiempo, vos mismo lo dijiste esto es demasiado."— Su hermano mira al morocho, quién alza una ceja viendo interesado la comunicación entre ellos dos.

Para Sophia: —"Estas en tu casa, mañana tendrás una habitación especial a tu gusto, pero te pido que pienses por favor lo de devolverle el favor."— Un suspiro de su parte y otra vez sus dedos a teclear con furia.

Para Aron: —"Necesito volver al trabajo, eso me va a ayudar también."— Lleva una mano a su pelo despeinandolo.

Para Sophia: —"Mañana hablamos, no es normal hablar por acá ESTANDO A MENOS DE DOS METROOOOS"— Finaliza para tener que evitar ponerle trabas a su hermana respecto a su vida.

Algo estaba claro y es que ya no volvería a su antiguo piso, primero porque la re construcción iba a demorar un buen lapso y segundo porque una vez que su hermano y hasta el mismo Thomás la tienen bajo el mismo techo, vigilada, protegida y sobre todo cubriendo las necesidades de su alma gemela no dejarán pasar la oportunidad para que sea así para siempre.

Si bien, por supuesto, ellos con un chasquido de dedos podían resolverlo todo, pero por supuesto que no lo haría para poder mantener a la rubia bajo el mismo techo que ellos.

Ella se deja caer en la cama, su libro queda por completo en cuarto plano y suelta una maldición cuándo por su cabeza pasó lo que su hermano le pedía que hiciera por el morocho.

Se tapa con las suaves ropas de cama y se deja llevar por el cansancio.

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La mañana en Londres era fría, los ventanales estaban con escarcha y eso a Sophia la ponía de buenos ánimos ya que ella era amante del frió y la nieve, por más que eso le generará mala sensación en su cuerpo, siempre sería su época favorita.