64

861 51 22
                                    

—¡No puedo creer lo felices que se veían todos, y que hayas sido parte me da una sensación de felicidad que no te puedo explicar... No pensé jamás poder estar haciendo estás cosas juntos!— Lleva una blanca sonrisa en sus labios...

—No es para tanto, princesita...— Él besa su frente y ambos suben al auto.

—¿Como qué no? Es increíble lo que estuviste haciendo por mi todos estos días...— Muerde su labio inferior y otra vez esa mueca ahí en su rostro, mueca que enciende el corazón del morocho.

—¡No fue nada, princesa, siempre haría todo por verte feliz!— Admite subiendo sus hombros.

—¡Jamás pensé que podríamos estar así.— Vuelve a admitir mientras que muerde su labio inferior con algo de timidez y sus mejillas rosadas mientras que lo mira con un extraño brillo en sus ojos.

—Haría todo por vos, Sophia... se que los humanos son importantes para vos y por eso me parecía correcto estar presente, además todo lo que sea organizado por vos es importante para mi.— Admite subiendo sus hombros.

—Gracias... Es importante para mi ayudar a estas personas.— Lo mira nuevamente con ese brillo...

Brillo que lo remonta al morocho a la primera mirada que ella le dio siendo sólo un bebé...

~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~

—Ya va a nacer...— Confirma.

Thomás deja de lado sus papeles de estudio y formaciones y se dirige a las corridas a la habitación en la clínica designada para que la rubia naciera.

Sus manos sudaban, su mejor amigo se encontraba allí, se veía algo chamuscado pero curando rápido, ya que había estado comenzando a entrenar a algunos demonios juniors y eso se ve que no había salido para nada bien. 

A su lado estaba Luna, su alma gemela y la hermana del morocho, quién tenía una sonrisa en su rostro emocionada por conocer a Sophia...

—¿Quién está adentro?— Pregunta apenas llega a su lado, su hermana lo mira divertido.

Ya que era más que predecible que su hermano estaría celoso de cualquiera que pudiera verlo.

—Nadie, solo mamá...— Habla Aron.

Thomás asiente conforme con la respuesta...

Relame sus labios y cierra los ojos nervioso, sintiendo un torbellino de sensaciones en su cuerpo.

Su marca de nacimiento ubicada en dos lugares comienza a teñirse de dorado, mira a su amigo y él le sonríe guiñándole el ojo...

—¡No pueden estar acá!— Le recrimina celoso.

—Lo sabemos, sólo queríamos hacerte compañía, ya nos vamos.— Aclara Luna, conociendo el temperamento de su hermano mayor.

—¿No vas a pasar?— Aron cuestiona.

El morocho niega con la cabeza concentrado en mirar fijamente hacía la puerta.

—aun no...— Se sienta a un lado de su amigo y mira a su alrededor.

Todo el pasillo vacío, los dos pisos para arriba y los dos pisos para abajo de igual modo por pedido de él, Aron muerde su labio inferior y pasa una mano por su cabello completamente nervioso...

DESTERRADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora