No le temblaría el pulso metiéndose con Dios para hacerlo terminar como a su padre y ganarse también el cielo.
Él sabía que ya había perdido y el simple motivo de que la rubia le recordaba de que lo odiaba era más que suficiente para enloquecer y querer ver el mundo entero arder, sin preocuparse de las consecuencias que eso generaría a futuro o no.
Sabe que todo su cuerpo, mente y alma desean volver a ingresar a aquella habitación, tomarla con delicadeza besarla y hacerla suya, sabe que necesita gritarle a los cuatro vientos todo lo que Sophia le genera porque cada vez que lo piensa y no lo hace su pecho se agranda aun más en un hueco sin fondo del que no encuentra solución alguna para poder resolver ese dolor que lo envuelve todos los días, dolor del que él siempre finge que no siente, que no le hace daño, que no le complica sus pensamientos y emociones, que no lo hace bipolar.
—¡Carajos!— Sisea cuando se encuentra en la planta baja, lejos de ella.
Aprieta sus manos con fuerza para obligarse a no volver allí...
No puede hacerlo, aquello va en contra de sus ideales y por más que lo hiciera la rubia lo único que haría con él seria rechazarlo, como siempre hace cuando thomas la lastima, por eso mismo no cree que sea de ninguna manera una buena idea subir aquellos pisos que los separan por más que su cuerpo se este quemando por dentro de ardor al estar lejos de la rubia.
Ordena a dos de sus demonios que vigilen la casa y la habitación de su alma gemela, de su reina.
Por más que ella no quisiera ese papel.
Él toma su camioneta y se retira de manera humana de la propiedad con sus ojos aun rojos, sus nudillos blancos y su cabello goteando lluvia.
No le importaba en lo más mínimo estar mojado, no podía enfermarse, de una manera u otra debía calmar su furia y de esa manera sería cazando a quienes pretender cazarlo a él.
Iba a usar todo de su fuerza y conocimiento para acabar con ellos y no tener que así tener más conversación con la rubia.
Era la única manera en la que él podía mantenerla alejada de su cuerpo, y que era a su simple vista la decisión más fácil y coherente para dejar de sentirse así de vulnerable. Siendo un completo egoísta y pensando nada más y nada menos que en él continuamente.
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—Estoy bien, tranquilo...— Susurra. —Esta siendo mucho más tolerable.— Le aprieta la mano y lo mira con una débil sonrisa.
Aron jadea negando con la cabeza completamente frustrado por cómo Thomas se comportaba cuándo se encontraba lastimado y no tenía otro modo de hacer las cosas...
—¡¡No me mientas, Sophia, puedo notar tu dolor desde kilómetros!!— Su hermano niega con la cabeza, y la mira preocupado.
—No es nada, Aron y que te pongas así solo hace que me ponga más nerviosa.— Su cuerpo comienza a tener moretones, y algunas cortaduras, síndrome de que el castaño las está sufriendo primero en carne propia.
—¡¡Maldición, no entiendo cómo lo deje ir!!— Sé queja más para el mismo, que para que ella lo escuché.
—¡Creo que es la primera vez que hace algo y no es adrede, creo que debemos de darle una oportunidad, se esta ocupando de algo que nos quiere dañar, y yo no puedo hacer mas que quedarme encerrada al no saber luchar!— Lo mira con una mueca de melancolía en su rostro.
Mueca que obliga a su hermano a morder su labio inferior y bajar la mirada.
Estaba más que claro que ella tenía razón.

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DESTERRADOS
FantasyDos almas gemelas que no quieren estar juntas, compartiendo un destierro desde hace más de cincuenta años. Un amor inevitable que se hace cada vez más imposible con el correr de los años. El diablo enamorado de su ángel. Y su ángel asustada por su a...