DESTERRADOS

Parte 1

—¿Por que tenés esa cara?— Aron indaga.

Sophia infla su pecho, él cual sube y baja a un ritmo poco convencional.

Su hermano la mira y se acerca a ella tomándola de las mejillas, para poder ayudarla con su respiración y que pueda mantener la calma, gracias a su don.

Detestaba la sola idea de que estuviera pasándola mal.

Sophia, a su parecer, era la persona que menos se merecía estar triste o sufrir en el mundo entero.

—No pasa nada.— Responde poniéndose un mechón rebelde detrás de su oreja.  —Yo... No puede ser. No puedo con esto. Vas a matarme cuándo lo sepas.— Admite titubeando.

Su cuerpo tiembla, y es imposible que su rostro no se muestre pálido y que no pueda ni siquiera pronunciar una sola palabra sin largarse a llorar o continuar con sus temblores.

Aron abre sus ojos al sentir su ansiedad al borde de hacerla explotar por completo.

—¡Ey, Soph, ¿Qué sucede?!— Vuelve a preguntar ahora un poco más angustiado por darse cuenta de que ella está muy asustada.

Sophía alza sus ojos azules hacia los de él con un enorme puchero en sus labios.

—Lo lamento, Aron... De verdad yo lo lamento mucho... No tendría que haber dejado que pasará.— Explica relamiendo sus labios y bajando la mirada.

Realmente se siente responsable de lo que había sucedido y absolutamente ofuscada hasta el punto de sentir una opresión en su pecho que le dificulta respirar y hablar.

No puede dejar de temblar, ni de sentirse abrumada.

—Es... Luna...— Logra regular su respiración y se sujeta de los hombros de Aron, quién al escuchar el nombre de su alma gemela se queda perplejo con sus ojos abiertos por completo.

—¿Qué pasa con ella?— La mira arrugando su entrecejo.

En ningún momento esa mirada es de desprecio para con su hermana, sino qué todo lo contrario, es de contención para poder ayudarla al saber qué se siente culpable y mal por una situación que él todavía no entiende porque desconoce.

—Luna... Ella, cometió una locura... Expuso a papá frente al consejo con los dioses, ella, ella me estaba defendiendo, pero no pensé que todo se iba a salir de control de esa forma.— Suelta temblando.

La saliva se le va de su garganta al igual que siente que la sangre poco a poco se le está haciendo de su sistema al escuchar la locura que hizo su alma gemela.

—¿Que?— Tuerce su cejas al escuchar a su hermana menor hablar.

Sophia asiente con la cabeza.

Las lágrimas no pueden dejar de caer por sus mejillas... —Ella.— Llora, una vez más, y no puede contener las lágrimas por más esfuerzo que hace para limpiar las mismas continuamente.

Aron la abraza y contiene. —Tranquila, tranquila, Sophie.— Pide acariciando su espalda.

—Solo intentaba protegerme.— Niega con la cabeza y se sienta en el suelo contra la puerta del placard.

—¡Así es Luna! Ella siempre piensa en los demás y no puede permitir qué su hermano sufra por el daño qué te puedan hacer, al igual qué protegerme a mi y principalmente a vos.— Sonríe melancólico.

No comprendiendo del todo lo que le esta explicando su hermana.

Ella se ve tan desestabilizada que sólo podía pensar en contenerla y esperar.

—Tenés que ir con ella, Aron... Lo... Lo lamento.. Espero qué no me odies por esto.— Vuelve a llorar haciendo un leve puchero con sus labios al no encontrar consuelo para lo que acaba de ocurrir...