Thomas hace el show de la mentira, del superado constantemente cuándo tiene a la rubia frente a sus ojos...Y sin saberlo se convierte en un personaje poco creíble de cuestionar, alguien que es el malo de la película porque se sabe que esta mintiendo para querer demostrar algo que no es.
—¡Llevas más de dos horas sin despertar.— Maldice obsesionado con observarla. —¿Por que no despertas?!— Golpea la cama y la mira con su ceño fruncido.
—¡Carajos!— Se vuelve a quejar mordiendo su labio inferior.
Lleva ambas manos a su cabello tirando de el con mucha desesperación.
Sin contar que no deja de caminar de lado a lado cómo un león enjaulado temiendo haberle echo daño con el cambio de clima en su cuerpo de manera tan brusca.
Buscando siempre una excusa para sentirse culpable de que ella no estuviera bien.
—Ya estoy despierta...— Responde con la voz un poco tomada.
El morocho abre sus ojos y se gira mirándola con los ojos abiertos del asombro y la alegría. Sin embargo, Sophia no llega a ver ese gesto.
—¡¿En que estabas pensando?!— Demanda.
Ella sonríe de costado algo débil por su intensidad, y se recuesta sobre las almohadas que hacen de respaldar de la cama.
Ya qué cómo está colocada delante de una pared de vidrio no le puso respaldo, siguiendo con el mismo diseño que él tenía en su habitación, y por supuesto, que le había encantado cómo que daba la cama de aquella manera.
—No grites...— Susurra. —Me duele horrores la cabeza cuándo gritas.— Pide con calma.
Thomas la mira furioso. —¡¡No tenes idea de lo que me hiciste pasar, Sophia así que no tenes ningún derecho a pedirme absolutamente nada!!— Admite soltándolo.
Sophia arquea sus cejas al escucharlo. —¿El diablo preocupado?— Se carajea. —¡No lo puedo creer!— Murmura divertida.
Y él no hace más que achinar sus ojos y negar con la cabeza nervioso.
—¡Estuviste mucho tiempo inconsciente, Sophia, no es gracioso!— Le hace saber con voz dura, y su mandíbula perfilada perfectamente apretada.
—Es porque velaste mis sueños, por una vez en bastantes días puedo descansar bien, sólo fue eso...— Argumenta. —Estas exagerando un poco y ya te pareces a Aron.— Alza su ceja y lo mira obvia.
Él la escucha y no puede creer que ella se lo tome con tanta calma, y que en cierto punto le este agradeciendo que gracias a que se mantuvo a su lado pudo descansar.
—¡¡Maldición, Sophia!!— Se queja con una mano en su espalda.
—Te noto asustado, Thomas...— Finge un pequeño puchero con sus labios. —¿Estás bien o vamos a tener que llevarte al hospital? Aúnque esas cosas son de humanos y no creo que quieras pisar uno...— Lleva su mano al pecho y abre su boca burlándose de él.
—¡¡¡No estoy para bromas, princesita!!!— Niega con la cabeza, y una mirada de incomodidad se aparece por sus ojos grises.
—Tuviste miedo de que muera y ahora te dio pena y culpa que me regalaste dos horas de descanso, las cuáles claramente te agradezco y no sabes de qué manera, realmente las necesitaba...— Se burla de él y lo toma del brazo dándole las gracias con ironía.
Él corre rápidamente el brazo por la electricidad que sintió su toque.
Ella alza sus cejas al ver como corre su mano rápidamente al sentir su toque, no puede evitar sentir que él seguía estando, aún, algo frío pero no tan frío cómo suele estar casi siempre.

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DESTERRADOS
FantasyDos almas gemelas que no quieren estar juntas, compartiendo un destierro desde hace más de cincuenta años. Un amor inevitable que se hace cada vez más imposible con el correr de los años. El diablo enamorado de su ángel. Y su ángel asustada por su a...