parte 59

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Y justamente la parca estaba delante de ellos, ambos solían ser muy amigos, todo se desvaneció cuándo Luna fue mandada en pedazos al infinito.

Ellos fueron desterrados y Thomás destinado a gobernar desde la tierra, por lo que la parca sólo se hablaba con Thomás por temas estrictamente laborales, cada tanto los cruzaba y bromeaba con ellos dejándoles mensajes pero no habían tenido oportunidad para celebrar un encuentro y él creyó que sería buena idea de celebración su cumpleaños y mantener a su amigo con la mente ocupada en anécdotas divertidas y no en su hermana...

Ya que esta semana las cosas habían estado completamente tensas respecto al tema de ella...

—Bueno, justamente lo estás.— Le guiña un ojo y toma asiento a un lado de Aron, frente a Sophia, quién lo mira sonriendo algo tímida, queriendo desaparecer de allí mismo inmediatamente.

—Al fin te diste cuenta de lo loco que estaba por vos... No te das una idea de lo desquiciado que me volvió cuando eras una cría...— Le guiña un ojo y mira a su amigo divertido.

—Benjamín...— Thomas lo mira de mala manera para que cierre su boca, mientras que Sophia se sonríe mirando a su alma gemela.

—Pero finalmente veo que caíste a sus pies o peor que el cayo a los tuyos.— Sisea maldicioso.

Thomas lo fulmina molesto.

No le gusta cuándo lo dejan en ridículo o en modo vulnerable, ella niega con la cabeza y Toma de su copa de vino blanco sintiéndose cada vez más cómoda en la mesa con ellos tres.

—Yo también me alegro.— acota Aron divertido ante la incomodidad de su amigo.

—Me alegra que le dieras una oportunidad... Ahora todo está mucho más tranquilo allá arriba, la furia del diablo sólo se desata cuando es necesario, y ya no cuando está de mal humor porque no le das bola...e guiña un ojo.

Sophia se ríe y mira a Thomas, quién Rueda los ojos completamente molesto con su amigo y sus comentarios...

—Ya es suficiente ¡Es mi cumpleaños y me ponen en ridículo!— Aprieta sus labios Thomás.

—Y gracias a que mi amigo, Aron no colaboraba en nada quién tenía que pagar los platos rotos por supuesto de cuando te peleabas con él o lo ignoraba era yo.— Ya que acaba de llegar hace menos de pocos minutos y ya prácticamente le contó toda su vida... Por supuesto que las partes más vergonzosas de ella.

—Es bueno volver a verte Benjamín, aunque aún espero mis disculpas por matar a mí gato... Esa por supuesto que no fue mí mejor semana...— Sonríe con ironía.

Traga saliva y mira a todos quiénes lo miran ahora a él divertido por el compromiso en el que se metió, el baja la mirada y carraspea volviendo levantar su vista hacia ella, que lo mira con una mueca divertida en sus labios...

Thomás no deja de acariciar su rodilla, la calidez que él le da es totalmente reconfortante.

—Bueno... Yo... Lamento eso realmente...— Rasca su cabeza.

—No hay excusa ¡Fue algo de barbados!— Sonríe alzando sus cejas.

—Tenia que hacer algo para que él avanzara...— Le tira la pelota a su amigo y todos en la mesa ríen.

Sophia abre sus ojos y lo mira extrañada de que admita tal barbaridad.

—¿Era necesario eso?— Rueda los ojos...

—Claramente si no mi amigo no hubiera actuado, no lo hubiera salvado, y no se hubiera acercado a vos, además de que le estaba costando un poquito llegar a vos... Soy la parca pero puedo estar en cualquier lado donde quiera y veo las cosas... Además de que todos estaban alteraditos arriba por cómo estaba todo con el número uno.— Canturrea.

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