DESTERRADOS

parte 17

—"¿Por que me hace esto?"— Se queja frustrada de los sentimientos que tiene por Thomas...

—Ni yo lo sé, princesa...— Murmura en su mente, pero ella no puede oír sus respuestas.

—"¿Por que no puede quererme?"— Un escalofríos recorre su cuerpo de solo pensarlo.

—Ya lo hago, nena.— Asegura en su intimidad.

—"¡Peor aun! ¿Por que siento que lo amo hasta el hartazgo?"— Susura, mientras continúa hablando con ella misma.

Thomas sonrie con orgullo.

—¡¡Maldición, Sophia!!— Se queja angustiado de que tenga aquellos pensamientos sobre su persona.

—"¡¿Por que es tan difícil?!"— Insiste no queriendo ver la realidad.

—Porque fui creado para hacer el mal.— Explica.

—"Yo no disfruto de lastimarlo, no entiendo porque el lo disfruta."— Sus pensamientos no son privados.

—No lo disfruto, es mí castigo por amarte.— Relame sus labios mientras que la sigue mirando a los ojos y ella no puede oír otra cosa que no sean sus recuerdos y pensamientos.

—"¡No quiero más esto, ya no lo podré tolerar!"— Piensa.

—Lo se...— suspira.

—"Pero me mira con esos ojos y no puedo pensar en otra cosa que no sea en abrazarlo."— Jadea en su interior.

—Quisiera que lo hagas.— Admite para sus adentros.

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Vuelve a sonreír con sus ojos colorados al repetir pequeños fragmentos de sus pensamientos, escogiendo los que más puedan llegar a avergonzar a la rubia.

Ella suelta un suspiro y abre su boca asustada cuándo él comienza a ingresar de nuevo en su cerebro.

—¿Qué es eso?— La lágrima cayendo por su mejilla no la puede evitar.

—Quizás, así recuerdes que para algunas cosas si hago el bien.— Sisea en su oído haciéndola estremecer.

Incluso, él mismo se está poniendo en ridículo al admitirle que cuando ella tenía esos pensamientos, era el mismísimo diablo quién respondía a los mismos con absoluta sinceridad sin que lo supiera la rubia.

Su hermano mira la escena y suspira apenado, pero no puede meterse. —"¿Qué mierda estás haciendo, Thomas?"— Demanda en su cabeza, inflando su pecho.

Thomás dirige su mirada hacía él, amenzandolo en caso de que guste hacer algo para protegerla, Sophia había pasado el límite y la cabeza de Thomas no dejaba de luchar consigo misma.

—Nunca para los humanos, sólo buscas tu propia beneficio.— Susurra bajando la mirada.

Volviendo a captar la atención del morocho.

—Si te dije que lo iba a arreglar así será, Sophia.— La mira fijamente.

Ella traga saliva pasando cada una de sus palabras por su mente, luego asiente y su cuerpo comienza a temblar.

—Thomas.— Súplica con los ojos que deje de hacer lo que le esta haciendo.

—¿Umh?— Finge no saber qué es lo qué ella desea en estos momentos.