Thomas ve bajar a la rubia mientras que él solo puede arquear las cejas en su dirección con completo disgusto.—Buenos días.— Murmura Sophia apretando sus labios.
Intenta no querer preguntar aquello pero la impotencia y los celos son mucho más fuertes que su conducta propia y lo mucho con lo que esta peleando con su conciencia.
—¿Vas a trabajar así?— Baja su mirada y la vuelve a subir hacía su rostro, ella asiente y le sonríe con ironía.
—Si.— Responde rodeando los ojos.
Thomas sonríe irónico pasando una mano por la comisura de sus labios. —¡No lo creo!— Sisea con rabia.
Sophia lo mira arqueando sus cejas incrédula de que todavía siga pensando que tiene algún cierto poder sobre ella.
—¿Cuál es el problema?— Rueda los ojos.
—El problema es que quizás sea un poco ajustado ese jeans... Solo digo...— Suspira y la mira con desaprobación.
En su mente se burla su amigo ya que son las mismas palabras que él acaba de decir ayer, busca cualquier excusa la más mínima que sea para poder hablarle, en vez de decirle "buenos días" el busca algo para pelear y molestarla.
—Si, es así cómo me gusta usarlos, con tacos y un lindo tapado porque el tiempo está inestable, caen rayos y truenos de la nada... una nunca sabe con lo que se va encontrar afuera, un poco bipolar el tiempo, como quien lo controla...— Se burla de él.
Rueda sus ojos y lo mira divertida.
—Quizás alguien sea culpable de su inestabilidad.— Arquea sus cejas al responder.
Sophia alza su barbilla fingiendo estar pensando. —No... No lo creo... Dicen que es un cabrón.— Parpadea poniendo su mejor cara de ángel.
Thomas sonríe por dentro de tener toda la atención de ella, pero no puede creer las agallas que sigue teniendo a través de los años para responderle así, incluso fue la única mujer en la historia que lo llama por su nombre.
—Podes quedarte acá, y seguir trabajando como lo hacías durante algunos días.— Cruza sus brazos y la mira desde su fornido cuerpo.
—No, no lo creo.— Responde molesta.
—Y trabajar sin tener problema a que ponerte...— Un nuevo tatuaje asoma por detrás de su oreja y ella lo nota.
Es una pluma como las que tiene él ahora algunas pintas blancas, tuerce sus cejas ante aquello pero no emite sonido alguno.
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—¡Thomas, tanto tiempo!— Sonríe aquella chica de cabellos rojos mientras que le da un beso en su mejilla.
—Hola Amella.— Responde con voz ronca.
—¿Que te harás esta vez?—Sonríe emocionada.
El morocho mete la mano en su bolsillo y saca una pluma casi blanca con destellos negros. —Esto.— Murmura serio.
Amella sonríe y asiente. —¡Me encanta!— Canturrea.
—Y a mi...— Suspira con pesadez pasando una mano por su cabello algo frustrado.
Amella lo mira curiosa...
—¿Es de la reina?— Indaga picara.
Mientras que Thomas se sienta en el sillón señalando la zona en donde quiere aquel nuevo tatuaje.

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DESTERRADOS
FantasíaDos almas gemelas que no quieren estar juntas, compartiendo un destierro desde hace más de cincuenta años. Un amor inevitable que se hace cada vez más imposible con el correr de los años. El diablo enamorado de su ángel. Y su ángel asustada por su a...