💘<<{Edeline}>>💘
Estoy con Anne en la cafetería de la universidad, en una mesa solitaria y vacía al fondo, me compré un café con unas galletas y ella una ensalada y un agua.
No tenía hambre y para tener algo en el estómago, aparte del desayuno que Addy me obligo a comer, opté por eso.
Anne: ¿Quieres acompañarme al shopping más tarde? Necesito lencería nueva —junta ambas manos rogando— por favor, no serias buena amiga si dices que no.
Edeline: No creo...
Anne: ¿Y si te invito un helado?
Edeline: Hecho.
Anne: Admite que solo te negaste para que te lo compre, mimada.
No le puedo negar eso, es verdad, siempre me dan lo que quiero y si puede que la haya manipulado un poquito con mi negativa para que me compre un helado.
Me lo puedo comprar yo, pero es más rico cuando lo obtienes de otro, ella me conoce y sabe que la manipuló para que me consienta, en cosas chiquitas.
Me aprovecho de que no le guste salir sola, ¿está mal? Sí, ¿le importa a ella? No, ¿ambas terminamos felices? Definitivamente.
Ella consigue que la acompañe a todos lados y yo siempre termino comiendo cosas dulces en el camino.
Y no entiendo cómo es que no estoy gorda, mentira si sé, diría que la genética, pero no es así, es por las largas caminatas que hago en el bosque y los entrenamientos, porque los sigo haciendo, me dan cierta confianza en mí misma aparte de paz.
Me calman en mis momentos nerviosos, lo mío no es golpear gente hasta que se muere como hace mi hermana, pero me gusta descargar unos cuantos cargadores en un tiro al blanco.
Seguimos comiendo hablando de cosas al azar, sus padres y lo cansada que está de ellos, las clases, mi familia.
Anne: Oye, cómo está tu sexy sobrino.
Edeline: Tiene 17 años, Anne no te pases.
Anne: Para el amor no hay edad, apuesto a que si lo traes todas las mujeres de esta universidad estarían tras él, y para tu información podrá tener esa edad, pero mentalmente y físicamente tiene 25 como mínimo.
<<Es que, que les dan de comer en tu familia, son todos lindos, cuerpo perfecto, una genetica espectacular>>
Edeline: Le das a toda mi familia.
Le digo entre risas.
Anne: Por tu hermana saco la parte lesbiana que tengo guardada, pero no te enojes, tú siempre serás la primera —Me guiña el ojo.
Edeline: Te pasas, Isaac tiene 17 años, no creo que quiera una suggar, aparte él siempre dice que quiere una relación como la de sus padres, el y los gemelos juntos.
Anne: No te ofendas sis, pero está bien bueno para su edad, lo vi sin camiseta el otro día entrenando y esa tableta de chocolate no la tiene cualquiera de los tontos de aquí.
Edeline: Eso es porque te buscas a los hijos de papi o en su defecto a los mismos padres.
Anne: No es mi culpa, tenér momentos de Daddy Issues, también me gustan los hombres jóvenes, que tengan...
Se calla, lo que estoy segura diría «una polla enorme y gorda que me haga olvidar a mis padres».
Edeline: ¿Qué pasa?
Anne: Date la vuelta.
Lo hago y ahí veo el porqué ella y todos en la cafetería se callaron, caminando a paso firme hacia nosotras están los gemelos, a su lado un peliblanco, llegan a nuestro lado y se paran frente a la mesa.
Miro a mi amiga y ella a mí, corazones salen de sus ojos y sé que no es por Matteo o Mattia. Le gusta el otro, tiene ojos celestes, cara de chico malo, cuerpo formado, pero no como los gemelos, tatuajes en sus manos, si definitivamente es del gusto de Anne.
Mattia: Hola Rouge (rojo), Anne —le da un asentimiento de cabeza— ¿Nos podemos sentar con ustedes?
Antes de que pueda siquiera decir algo, ya contestaron.
Anne: Por supuesto.
La miró como diciendo ¡Qué te pasa! Y ella me mira como rogándome, sé que quiere hablar con el chico, pero no era necesario que yo esté aquí, desde cuándo necesita compañía para pedirle el número a un ligue.
Ambos gemelos se sentaron a cada lado mío y el peliblanco quedó entre Anne y Matteo.
Mattia: Estás hermosa hoy.
Me miro la ropa, no cambió mucho a lo habitual, un jean suelto, un top ajustado que nunca uso y una campera grande.
Edeline: Gracias.
Después de un rato me levanto dispuesta a irme y dejarlos a todos, incluyendo a mi amiga traidora.
Edeline: Me tengo que ir, lo siento, te busco más tarde para ir Ann.
Matteo: ¿Por qué te vas? Miel.
Edeline: Tengo cosas que hacer.
Mattia: No está bien mentir Rouge (rojo), las niñas buenas no lo hacen.
Y la puta madre.
No me puede decir esas cosas sin que me ponga como un tomate.
Cierro los ojos y respiro lento tragándome la vergüenza.
...: No nos hemos presentado —me habla el peliblanco.
Edeline: No me interesa conocer personas.
Matteo: No tiene por qué hablar contigo.
Le gruñe a su amigo.
Edeline: Pensándolo bien, a ti si me dan ganas de conocerte —le sonrió y él hace lo mismo— mucho gusto, soy Edeline D'angelo.
...: Renzo Amato —se levanta y me da un abrazo— me caes bien —me susurra— me van a matar por hacer esto, pero merece la pena.
Luego de eso se separa, miro a los gemelos están rojos, tienen las manos hechas puños.
Edeline: Ella es Annetta Conti.
El peliblanco se acerca a mi oído y me susurra.
Renzo: ¿Tiene novio o novia?
Niego con la cabeza y él sonríe.
Renzo: Un gusto hermosa —le da un beso cerca de los labios.
Se enfrascan en una conversación a la que no prestó atención y veo mi oportunidad de escapar, el peliblanco me cae bien, podemos ser amigos.
Me levanto, ya que me había vuelto a sentar donde estaba, doy dos pasos y la conversación vuelve su atención a mí por un traidor.
¿No que le caía bien?
Renzo: ¿A dónde vas Enana?
No dijo eso.
Miro a mi amiga, levanta ambas manos, sabe que está en problemas, no puede haberle contado a alguien que acaba de conocer como me dice mi familia, peor aún porque habla de mí con su ligue.
Mattia: ¿Enana?
Se ríe.
Edeline: Así me dice Dimitri.
Muere su sonrisa, él no sabe que es mi cuñado/hermano, así que aprovecho. Y sonrió más grande aún cuando entrecierra sus ojos en mí.
Renzo: ¿Quién es?
Anne: Un hombre hermoso, musculoso, millonario —los tres la miran a ella, pero a ella solo le importa la mirada del peliblanco— no me miren así, no es nada mío, es de ella.
Renzo: Siendo así, ¿Tienes algo que hacer hoy?
Mi amiga sonríe de lado, me mira a mí y luego de nuevo a él.
Anne: Sí, voy con Eddy a comprar lencería.
Tengo que dejar de tener amigos.
Edeline: No hay problema, vamos otro día.
ella niega con la cabeza.
Anne: Hicimos un trato, me acompañas y te compro un helado.
Renzo: Puedo acompañarlas si quieren.
Genial, ella está feliz y yo sufro.
Anne: Nos encantaría.
Mentira.
Matteo: Yo voy.
Mattia: Y yo.
¿Qué hice de malo para merecer este tipo de vergüenza?
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Edeline. 2°
RomantikSegundo libro de la saga Legado. (Independientes) ¿Que opinas si te dijera que un casi accidente automovilístico podría cambiar totalmente tu vida? No me crees, ¿no? Pues eso es lo que le paso a Edeline y a los gemelos Vitale, su vida dio un vuelco...