🔥CAPITULO 20🔥

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💘<<{Edeline}>>💘

Luc: Están muertos.

Podría decir que me dolería si así fuera, como mi inútil corazón intenta decirme, pero no, eso ya no sirve para mí, fui buena, complaciente en muchas ocasiones, cariñosa como pocas veces lo soy y no sirvió.

Es momento de dejar que esos pensamientos que reprimí por años salgan a la luz, es momento de ser yo por fin, ya no les temo, son parte de mí y hoy por fin los acepto.

Edeline: No es necesario.

Los cuatro vemos como palidecen en cuanto se dan la vuelta, la mujer intenta hablarles, hacer que la miren, pero no sucede, solo nos ven a nosotros, a mí.

No me interesa.

Edeline: ¿Seguimos comprando?

Los tres me miran en busca de alguna emoción que les diga que estoy mal o lo que sea, pero no, sufrir no es lo mío, mi hermana no me protegió de esas cosas para que dos inútiles me hieran ahora, imposible.

Anne: ¿Estás segura?

Edeline: Sí.

No es necesario que diga más, la pareja se agarra de la mano y comienza a caminar, Lucien pone su mano en mi espalda baja y los volvemos a seguir, voy a elegir otra ropa, se acabó eso de ser invisible.

Estamos por pasar a su lado, pero la chillona voz de la mujer que está con los imbéciles detiene a mi peliblanco y por lo obvio a nosotros también.

Pelinegra: Hola Blanquito.

Qué asco, cómo soporta que le diga así.

Renzo: ¿Qué haces aquí María? Se volvieron a aburrir de ti.

Los gemelos están a su izquierda, lo más alejado que se puede de mí. La sonrisa de la mujer que ahora sé que se llama María se desvanece.

María: Hablé con los chicos hace unas semanas, lo estamos volviendo a intentar.

Omite lo último que mi amigo le dijo.

Por supuesto, como no lo volverían a intentar.

Renzo: Siempre dije que eran unos imbéciles.

María: Respeta a mis hombres, bastardo.

¿Suyos? Oh, claro, desde ahora no los quiero.

Espera, ¿Qué le dijo?

Doy un paso adelante para ponerme a su lado, mi mano va a su espalda donde está la pistola que Addy le regalo.

Edeline: No le vuelvas a decir así.

Mi voz salió seca, fría, ninguno de los presentes me había escuchado hablar así, pero eso poco me importa, la mirada de la pelinegra se vuelve a mí, me ve de arriba a abajo y hace una cara de asco.

El sentimiento es mutuo, plástica.

María: ¿o qué?

¿No tiene instinto de supervivencia?

Empiezo a sacar discretamente el arma, pero mi amigo me detiene.

Renzo: No te lo permito.

Mattia: Edeline.

Ya no soy Rouge (rojo), como falle al dejarlos entrar.

Luc: No le hables a mi mujer.

María: ¿La conoces Matteo? —me río— ¿Qué te causa gracia?

Edeline: Tú y ellos, él no es Matteo —señalo al que le hablo— es Mattia, pero no te preocupes, yo tampoco conocía a algunos de mis novios.

Matteo: ¿Podemos hablar?

Edeline: No hablo con desconocidos.

Anne: ¿Nos vamos amor?

Pensarán que le habla a su novio, pero no, me lo dijo a mí.

María: ¿Son lesbianas?

Lo dice con un claro desagrado.

Edeline: Tienes una relación de tres, pero no tienes lo suficientemente abierta la cabeza como para aceptar a dos mujeres BISEXUALES, que las piernas no sean lo único que abras.

Anne se acerca a mí y me da un beso, no un pico, uno bien húmedo y caliente, no nos mueve nada, pero para asquear más a la mujer ignorante alcanza.

Renzo: Eso es sexy.

María: Son un asco.

Renzo: Cuida tus palabras, ellas son mías.

Gruñidos de los gemelos aparecen.

María: ¿sales con las dos?

Niego con la cabeza.

Edeline: Los tres salen conmigo, los hermanos Ricci y la hermosa Anne.

Un escalofrío me recorre al decir hermanos Ricci, eso sonó igual a mi hermana, joder.

Mattia: ¿Ricci?

Ellos no saben nada de la "adopción" fue más un cambio de apellido, ya eran mayores, no era como si necesitaran algo de mi hermana, pero son familia al fin y al cabo.

Renzo: ¿No se enteraron? Les presento a mi nuevo hermano Lucien Ricci —lo señala.

María: Es el hijo del nuevo macho de tu madre, ¿no?

Luc: Te equivocas chienne (puta) —escondo mi risa con una tos, pero Anne no hace lo mismo— Somos los nuevos hermanos de Kaleth, Blake y Apolo Ricci, nuevos accionistas de las concesionarias, clínicas y hoteles.

Eso llamó su atención, por supuesto, la plata como no.

<<Renzo y Lucien Ricci>>

Es tan raro llamarlos así.

Matteo: ¿Desde cuándo?

Renzo: Si te hubieras contactado con nosotros, como antes de que esta llegara lo sabrías.

María: Más respeto bastardo albino.

No es más necesario que eso para confirmar que es una idiota.

Edeline: Es rubio, no albino, tampoco es un bastardo.

María: Yo le veo el pelo blanco.

Anne: ¿Solo las plásticas como tú se pueden teñir?

Luc: Deberíamos continuar con lo que hacíamos, no me gustan estas personas.

Edeline: Tienes razón, la estúpida y las copias truchas ya me robaron mucho tiempo, más del que debieron.

Claro que no hablaba de estos minutos de charla, sino de los meses que se llevaron de mí.

María: Respétanos, ellos no son tan buenos como lo que parecen, te van a hacer arrepentir.

Edeline: No chienne (puta), los que van a arrepentirse van a ser ellos, de eso me voy a asegurar.

Reanudó mi caminata luego de darle la mirada más helada que tengo, no van a volver a joder conmigo, nadie lo hará.

Esto se está por poner interesante.

Edeline. 2°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora