😎<<{Lucien}>>😎
Colombia es hermoso, todos los lugares a los que Samuel nos ha llevado no hacen más que maravillarnos.
Nos quedan cuatro días aquí, solo podíamos estar dos semanas de viaje, tiempo suficiente para que Isaac pueda cazar a los problemas de allí, lejos de Edeline.
No he tenido ni una llamada de él, la única que se comunicó con tormenta fue mi pequeña el día del aeropuerto, solo espero que ya lo haya encontrado, no quiero volver si ella corre peligro.
Sé muy bien que se sabe cuidar, pero igual no me gustaría que tuviera ni un mísero rasguño.
Tengo que dejar de pensar que van a pasarle cosas malas, cuando estos últimos días no han sido menos que los mejores de mi vida, irradia tanta felicidad.
Y nosotros igual, al llegar a Colombia hablamos con ella, y sí, está dispuesta a tener hijos con nosotros, pero no aún, así que nos pidió que usáramos condón hasta que lleguemos a Sicilia y vaya a su doctora.
No pude estar más feliz con su respuesta, bueno, ninguno, William después de escucharla le beso todo el rostro, Andrei y Matteo fueron los que corrieron a la farmacia por los condones.
Y el resto de nosotros se dedicó a adorar a la diosa que tenemos como mujer.
De eso ya pasaron dos días, ahora estamos en la casa de Samuel comiendo algo que le llama bandeja paisa después de visitar la catedral de sal.
Decir que estamoscomiendo es una total mentira, más bien, estamos todos los seis, Samuel y su mujer y algunos de los hombres de ellos, viendo como nuestra mujer entrena con Junior.
Los leggins que lleva puesto hace que sus nalgas se vean aún más grandes de lo que son.
Renzo: ¿Cuántos hombres tiene dentro de su casa?
Samuel: Solo los de más confianza, aquellos cuatro son los que más tiempo llevan conmigo.
Matteo: Vas a tener que buscarte otros si no la dejan de mirar.
Emma: Es una hermosa mujer.
Samuel: Lo es, pero mis hombres no tienen permitido comérsela con los ojos.
Se levanta y va hacia sus cuatro guardias, dos de ellos bajan la mirada con lo que les dice, uno asiente y el otro le dice unas palabras.
Samuel: Enana.
La llama.
Junior: Papá, está conmigo, consigue la tuya.
Samuel: Hijo, tienen que comer, pero primero el hombre de allí —señala al guardia que habló con él— la reta a una pelea.
El adolescente niega con la cabeza.
Junior: Hicieron lo mismo cuando llegó mi madrina y terminaron con dos costillas rotas y fractura de cráneo por un rodillazo.
Emma: Este mundo menosprecia a las mujeres, hijo.
Qué gran verdad.
Edeline: Sabes que las luchas son lo de Lilith, pero podemos ir al cuarto de tiro.
Es la mejor en eso, pero como siempre, nadie la toma en serio.
Samuel: Está hecho, el que tenga más puntos gana.
Emma: Demuéstrales cómo se hace hija.
Vamos todos al cuarto de tiro después de que Mattia y Renzo volvieran del baño, porque el olor a la comida les hizo mal y tuvieron que vaciar su estómago.
Los gemelos y William no se querían perder la exposición de tiro de nuestra mujer, nunca la habían visto con un arma en la mano.
Una vez que estamos todos adentro, el hombre con una sonrisa de superioridad en el rostro se posa frente a una de las líneas donde a la distancia se ve el blanco.
Mi pequeña se posiciona en el que está a su lado.
Samuel: ¿Usas tu arma enana?
Edeline: No, tío, voy a utilizar la misma que use él, no queremos que su ego herido le diga que tengo beneficios por ser mujer.
Hombre: Vamos muñequita nunca me vas a poder ganar.
Mi pequeña se gira para estar frente a él.
Edeline: ¿Qué apuestas?
Hombre: Cuando gane, pasas una noche conmigo.
Está muerto.
Edeline: Vale, si yo gano quiero llevarme tu dedo índice y medio —le señala el dedo— de tu mano derecha.
Prácticamente lo dejo si trabajo, todos los hombres son diestros y sin dedo índice puede intentar disparar un arma, pero al sacarle también el dedo medio le corta la posibilidad.
Hombre: Hecho.
Samuel: Bien, no estás muerto en este instante porque apostaste con ella, las reglas son fáciles, son 5 tiros el que tenga el mayor puntaje gana.
Junior les da un arma a cada uno, mi mujer le saca el cargador y la revisa, no por desconfianza, sino protocolo, cadaarma que toca la revisa.
Se pone en posición, separando los pies a la anchura de los hombros y colocando el derecho un poco más atrás del otro, alza sus manos ya sosteniendo el arma.
Samuel: ¿Listos? —ambos asienten— pueden empezar.
El primer tiro es el del hombre marcando en la pantalla 90 pts, los siguientes dos son de mi mujer con un perfecto 100 ambos, dos balas más salen de la pistola del hombre, 100 pts, 80 pts.
Mi pequeña tira uno más que entra exactamente en el mismo agujero por el que pasaron los primeros dos, otro 100 perfecto, cambia la posición poniendo ahora el pie izquierdo atrás para disparar con la zurda.
Matteo: Nadie es bueno disparando con la zurda siendo diestro.
Lucien: Ella, sí, su hermana entrenó a todos sus hijos a valerse por ambas manos, nunca se sabe qué pueda pasar.
Mattia: ¿Cómo lo hizo?
Renzo: Te parecerá extremo, pero le ató la mano derecha a la cintura hasta que pudiera dar al blanco.
Le sirvió de mucho, no solo dispara y maneja cualquier tipo de armas con ambasmanos, sino que también escribe, dibuja y todo lo puede hacer con ambasmanos.
El hombre tira sus últimas dos balas, entrando perfecto ambos en el 100, lo que lo dejaría en 470 pts, y a mi pequeña aún en 300.
Pero está confiado, creyendo como el resto aquí, que va a fallar por tirar con la mano zurda.
Tira un tiro, 100 pts.
Edeline: ¿Sigues queriendo seguir con la apuesta?
Hombre: Por supuesto, ese tiro fue suerte.
Último tiro, 100 perfecto, el blanco solo tiene un agujero, porque el que las 5 balas pasaron.
Edeline: Quiero mis dedos para cuando me vaya.
Hombre: No puedes, me quedaré sin trabajo si no puedo disparar.
Junior: Pues te chingas y aprendes con la zurda o te mueres.
Mi pequeña con una sonrisa le explica al adolescente como aprender a disparar así, pero es interrumpida por una notificación en su celular.
Lo saca aun estando al lado de Junior y todo se va a la mierda.
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Edeline. 2°
RomanceSegundo libro de la saga Legado. (Independientes) ¿Que opinas si te dijera que un casi accidente automovilístico podría cambiar totalmente tu vida? No me crees, ¿no? Pues eso es lo que le paso a Edeline y a los gemelos Vitale, su vida dio un vuelco...