🔥CAPITULO 19🔥

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💘<<{Edeline}>>💘

Me levanto cansada a pesar de dormir más de 7 horas, intranquila por alguna razón que desconozco, la sensación de que no va a ser mi mejor día me abruma.

Los gemelos han estado distantes, fríos, nerviosos, desde que perdí mi virginidad hace tres semanas y no los veo hace unos 5 días, si los vi cuatro veces desde aquella noche es mucho.

Me da tristeza eso y Lucien lo nota, ha estado sacándome a pasear, al bosque, entrenamos juntos muchas veces, Renzo igual viene todos los días con Anne a hacerme compañía, muchas veces en silencio como me gusta.

Aunque esta última la hago más que nada con Mi Tormenta, a ambos nos atrae el silencio, su paz, sus beneficios.

Los mensajes del número desconocido no han cesado, todo lo contrario, aumentaron, no los tomo en serio, pero cansa y hiere muchas veces saber que son los mismos comentarios que me dice mi cabeza, las veces que me quiero lastimar mentalmente a mí misma.

Pero el apoyo de Lucien y mis amigos me levanta considerablemente el ánimo, no sé si Matteo y Mattia siguen siendo mis novios, eso atormenta mis noches, mi sueño y mi humor.

Y creo que hoy es el día decisivo, tengo que saber si quieren estar conmigo o no, no voy a seguir sufriendo y atormentándome creyendo que hice algo mal por ellos.

Tengo que quererme más a mí, si quieren seguir conmigo genial, los aprecio y los he llegado a querer, pero no lo suficiente para sacrificar mi bienestar.

Unos golpes en mi puerta interrumpen mis pensamientos.

Luc: Pequeña, ¿Puedo pasar?

No sé ni para qué pregunta si de igual forma abre la puerta y entra con una bandeja de desayuno, lo agradezco, no estoy de humor para ver a todos hoy, tampoco a los "nuevos" integrantes de la familia.

Ya eran familia, pero para mi hermana tienen que tener nuestro apellido para estar protegidos de las mafias y económicamente.

Renzo y Lucien adoptaron el apellido de mis cuñados Ricci, ya que según los trillizos, si sigue dando su apellido, toda Sicilia lo va a tener.

Anne se negó, no por no querer, sino porque a pesar de que sus padres son unas escorias con ella, es hija única y todo le va a quedar a ella, en el momento en que se mueran, si suena mal, pero obligar a tu hija a hacer cosas que no quiere e intentar casarla con "socios" igual lo es.

Ahora que lo pienso, Renzo ya tiene el estatus de mis cuñados, los padres de Anne lo van a adorar cuando vean los ceros que incluye su cuenta bancaria, está que rebalsa a pesar de que se negó a eso, mi hermana no permite que su familia no tengo lo suficiente o más.

Lucien pasó a ser el tercero al mando, porque tormenta ya a sus 17 años, tiene un renombre en todas las mafias y es el consigliere de mi hermana, hasta que Addy lo decida y le deje su puesto, si él quiere.

Luc: ¿Cómo amaneciste?

Estaba tan perdida en mi cabeza que me había olvidado de su intromisión.

Edeline: Bien, ¿Puedo saber por qué golpeas la puerta si vas a entrar aunque no conteste?

Se encoge de hombros.

Luc: Respeto, aunque me encantaría verte desnuda cuando entre, no quiero ver algo que tú no quieras.

Edeline: Gracias.

Hace un gesto con la mano restándole importancia.

Luc: ¿Ya estás preparada para irnos? —asiento— entonces desayuna y nos vamos.

Como un poco, el apetito es escaso estos últimos días, extraño a los gemelos, el hecho de que se hayan distanciado de mí después de insistir tanto para que les dé atención me tiene inestable.

Edeline: ¿Sigues sin tener noticias de ellos?

Hace una mueca.

Luc: No pequeña, lo siento.

No contesto, dejó la bandeja a un costado y me levanto a recoger mi mochila de la esquina de la habitación para irnos.

[•••]

Terminamos las clases y Lucien me invitó al centro comercial a comprar ropa y a comer, como si no supiera que quiere elegir mis bragas, años de conocerlo me ayudaron a leerlo con facilidad.

Vamos saliendo del Mc Donald's, desde chica es mi comida preferida, Addy me traía siempre que nuestro padre se lo permitía, luego nos traía a todos los "niños" juntos cuando se deshizo de él.

Caminamos hacia una tienda que tiene la vidriera llena de ropa oversize, cuando estábamos comiendo invitamos a Renzo y Anne de compras, el peliblanco y mi rubia tienen que cambiar el guardarropa.

Anne va agarrada de mano con el peliblanco, caminan delante nuestro a unos pocos pasos, van charlando animadamente. Los voy siguiendo hacia la tienda sin prestar atención a nada ni nadie, voy mirando el piso hasta que me choco con una espalda.

Renzo: Mierda.

Me coloco a su costado para poder ver lo que nos está deteniendo. A unos metros de nosotros, dos espaldas iguales y muy reconocidas junto con una mujer hermosa, cuerpo atlético, pelo negro, una sonrisa ilumina su rostro mientras habla con ellos y les acaricia el brazo.

Siento como si la sangre empezara a hervir en mí, las murallas que habían logrado derribar fueron levantadas otra vez, pero con mucha más fuerza, no lo demuestro, lo único visible en mi rostro es la decepción.

De mí.

Por confiar, por dejar que unos niñatos inmaduros pasaran por mi cama y lo peor, conocieran a mi familia.

Anne: ¿Sabías de eso?

Es claro que la pregunta va dirigida a su novio, el peliblanco con el que los gemelos y yo nos relacionamos.

Renzo: La conozco, no te voy a mentir, es su ex, pero no tenía idea de que estaba aquí y menos que fue por ella que no le contestan a mi enana —Me mira a mí— nunca ocultaría nada que te hiciera mal.

Le creo, siempre lo voy a hacer, es de los pocos que deje dentro de las murallas que acabó de construir.

Así que su ex, la detallo bien y si no estoy mal, es la misma mujer de las fotos que me envió el desconocido a mi celular, me lo advirtió y no le hice caso, siempre fui temporal.

Y que me jodan, pero en vez de darme tristeza por mí me la da por ellos, no son merecedores de mis lágrimas, mi tiempo y mi persona, la misma ira que sentí cuando era niña ha vuelto a mí, los pensamientos asesinos hacia ellos florecieron, pero no.

Ni siquiera se merecen que ensucie mis manos en ellos.

Edeline. 2°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora